El primer larga duración de Ñu data de 1978. Con la creación del sello Chapa, una división de Zafiro, comienza una expansión del rock español. Un rock español que estaba en pañales comparado con las produccciones extranjeras. Producido por Vicente (alias Mariscal) Romero, este disco contiene sólo seis temas. Unos meses antes de su publicación, Chapa estrena a Ñu con el single "Algunos músicos fueron nosotros" y con una cara B que sería inédita, "La explosión del universo".
Este último tema es muy curioso; ya que se trata de una canción de los primeros Ñu cuando Rosendo estaba aún en el grupo, que José Carlos Molina rescata y lo firma con otros componentes del grupo. La formación de estos primeros Ñu era la compuesta por José Carlos Molina (voz, flauta, teclados, percusión y concertina), José María García "Sini" (guitarras eléctricas, acústicas y melotrón), Jorge Calvo (bajo), Enrique Ballesteros (batería) y Jean François André (violín y batuta).
La portada del disco es una foto del pecho de una mujer que viste un traje negro con un velo transparente y lleva un medallón con una foto del grupo. En la contraportada aparece la espalda de la misma mujer con una señal en la piel: en su paletilla derecha luce el anagrama de Ñu aunque de una forma muy arcaica. La portada de la primera edición se abría mostrando una foto del grupo con ropa de la época subidos y esparcidos alrededor de una carroza.
Pasando a lo estrictamente musical podemos hablar de dos partes bien diferenciadas. La primera parte coincide con la primera cara del disco, con temas cortos y fuertes, y la segunda con la propia del disco, con temas largos y tranquilos. Podemos advertir que se trata de la obra más hippie de Ñu con textos bastante raros. Abre el disco "Profecía", un tema rápido con un texto caótico que me trae a la cabeza ecos de unos King Crimson pasados por el tamiz más hard rockero. Le sigue "Preparan" que tuvo mucho éxito en el País Vasco a causa de su letra comprometida de rebeldes contra el sistema.
En ella vuelven a estar muy presentes el violín que aporta un aire más tétrico al tema que en su esencia es puramente rock duro de la vieja escuela setentera. A continuación viene el que por decirlo de alguna manera fue el tema elegido como single del disco, "Algunos músicos fueron nosotros", en el que comparando con músicos clásicos y actuales Molina hace una reivindicación de la música. No obtuvo la respuesta que posteriormente otros sencillos como "El flautista" y "La bailarina" si obtendrían por parte de los fans más acerrimos del grupo.
Para cerrar la primera cara nos encontramos con el tema que da título al álbum. Un tema que comienza con el violín endiablado de Jean François y que incluye una espécie de interludio que nos transporta en nuestra imaginación directamente a una especie de charanga típica de cualquier fiesta medieval. Éste será uno de los temas más emblemáticos de la primera época del conjunto. Lo que queda patente en todo el disco es el gran nivel de todos los músicos participantes, muy por encima de lo que nos tenían acostumbrados muchos otros grupos de aquellos años.
Dando la vuelta al disco nos encontramos con dos temas únicamente. El primero de ellos es "El juglar", uno de los temas más bonitos que Molina haya compuesto nunca, pero con demasiada duración como para mantenerlo a lo largo de los años. Se puede decir que es una especie de diamante en bruto que trata de la libertad, comparándola con un juglar al que se le da la espalda y que cuando se va de aquel pueblo, al cabo de un tiempo la gente se da cuenta de lo que tenía pero entonces ya es demasiado tarde. El tema empieza con mucha guitarra acústica y flauta y toma una linea muy tranquila.
Sin embargo hacia a la mitad éste toma un giro mucho más eléctrico con largos solos de guitarra y un ritmo mucho más vigoroso, que contrasta totalemente con lo que había predominado hasta el momento. Para finalizar el disco nos encontramos con un tema típicamente jethrotulliano que lleva por título "Paraíso de flautas", se trata de otra pieza extensa con carácter progresivo en la que como en la anterior ocurría, se entremezclan pasajes sumamente dulces que contrastan totalmente con partes más duras e incluso oscuras, que dotan a la canción de un tono más nihilista.
"La explosión del universo",de la que ya hemos hablado antes, es un tema totalemte pesimista y siniestro que plantea la destrucción del mundo de forma un tanto fantástica y exagerada habiendo dejado pasar la vida estúpidamente y sin haber hecho algo realmente de provecho. Fue sólo cara B del sencillo "Algunos músicos fueron nosotros" y acabó no apareciendo en en el álbum por motivos que desconocemos y que tampoco entendemos, pues en esta nueva versión que incluye el violín de Jean François, la guitarra de "Sini" y el ritmo frenético que le otorga Ballesteros con constantes redobles mejora sobradamente lo expuesto ya en su versión original.