Antes de este álbum Peter Hammill inició su carrera en solitario con “Fool’s Mate”, un trabajo lleno de canciones sencillas y cortas que en realidad eran piezas antiguas compuestas incluso antes que “Aerosol Grey Machine” (primer disco de la banda).
“Pawn Hearts” es la culminación de lo mostrado en los anteriores trabajos del grupo, y uno de los mejores discos de la historia del rock progresivo. Los componentes de VDGG amplían definitivamente la variedad de instrumentos empleados; pasando Hugh Banton a tocar tambien sintetizadores y mellotron ademas de los habituales órgano, piano, bajo y pedales de bajo, Hammill se ocupa aquí también del piano y el piano eléctrico además de su habitual guitarra acústica y de cantar por supuesto, Guy Evans toca también algunos pianos a parte de su batería y David Jackson sigue soplando una amplia gama de saxos llenos de efectos de distorsión o wha-wha y su flauta.
Como ocurría en anteriores trabajos también vuelve a colaborar Robert Fripp aportando su peculiar y marciana guitarra, cosa que siempre se agradece. El álbum incluye tan sólo tres temas, dos de alrededor de 11 minutos y uno de 23. “Lemmings” es pura dinamita, un tema con muchos cambios en estructura e instrumentación, una avalancha sonora contínua que abre el disco repleta de órganos psicodélicos, saxos realmente duros y un Guy Evans que demuestra que no es un batería cualquiera sino una brutalidad. “Man-Erg” es otro espectacular tema lleno de contrastes, se inicia con unas preciosas melodías de piano tras la cálida voz de Hammill, para dar paso a una serie de explosiones de fuerza y rabia que constituyen otro torbellino sonoro de magnitud considerable, en donde podemos oir y distinguir la inconfundible y apropiada guitarra de Fripp (King Crimson).
“A Plague of Lighthouse Keepers” narra los pensamientos y sensaciones de un guarda de faro, solo en su torre. El tema entero ocupaba la segunda cara del vinilo y servía de paso para concluir el álbum. Es tal vez lo mejor que ha hecho nunca el grupo, una suite compuesta en varias partes muy diferenciadas, como si fueran varias canciones unidas, que van desde piezas cantadas y melódicas con el tono pesimista y depresivo típico de Hammill, a pasajes psicodélicos, partes caóticas, sonoridades tortuosas, atmosferas tétricas de mellotron, piezas muy rítmicas y de gran fuerza que contrastan con otras muy suaves y atmosféricas. Todo el universo vandergrafiano concentrado en un solo tema y una radical propuesta que va más alla de lo expuesto ya por el grupo en otras mini suites como "Lost", de su anterior trabajo y de la que desde estas páginas ya se le dedicó un pequeño artículo.
La música de Hammill no es siempre bella, a veces puede ser fea, lo cual no es ningún inconveniente, por que tal como dijo el mismo Peter, su musica es como su vida, y esta no es siempre bella o hermosa, a veces es inhospita, desasosegada o deprimente, y esos momentos también los quiere refeljar en su musica. Una obra maestra indiscutible después de la cual el grupo tan sólo sacó un single con el tema “Theme One” de George Martin, el único cover que haya grabado Hammill nunca, ya que en 1972 se separó por primera vez cuando estaba en su cenit para regresar pocos años después. Al parecer uno de los motivos fue el agotamiento mental y físico tras sus giras, pero lo que queda claro o al menos se supone es que fue una separación amistosa, demostrada por la colaboracion de todos los miembros de la banda en los discos en solitario de Hammill.