Fast musical notes on a music sheet (Photo credit: Horia Varlan)
Así que me despierto, y Joaquin Sabina llorándome al oído, recordándome que te recuerde que hasta las suelas de mis zapatos te echan de menos, y otra vuelta en la cama, y si abro un poco más la persiana, sabré que la mañana no ha venido a quererme, aunque el sol brillará en este corazón mío, dice Chris Martin.
Algo de vos llega hasta mí según Fito Paez, y supongo que hoy será un día difícil para pensarte tanto, así que cambio a algo más animado, y solo consigo que los Strokes hagan balance de lo que fue la noche, un complato caos, un solo-se-vive-una-vez, pero ni siquiera yo lo entiendo. De camino a la ducha, por el suelo como un arrastrado, Thom Yorke me grita que ella está huyendo de nuevo, huyendo de nuevo, y yo, que sólo quería ser especial para ti, intento olvidarte. Me anima en la ducha el cantar a dúo con Xoel López el amor no es lo que piensas, el amor no es lo que piensas, pero callo cuando dice encontrarás algo mejor, encontraré algo mejor, y noto que Damien Rice me mira con lástima cuando me canta que por las noches viajo sin ti, y espero nunca despertar, porque despertar sin tí, es como beber de un vaso vacío. Y cuánta razón lleva.
Pedro Guerra me habla del deseo, de cuando todo se acabe, y se hagan polvo las alas, que no habré sabido por qué me he vuelto loco por nada. Pero yo no estoy loco, aún. Aunque ya empiezo a pensar que toda esta gente me intenta decir algo. Si, todo me recuerda a ti, gracias a Emmy the Great, y los Beatles me amenazan: vas a perder a esa chica, si, si, vas a perder a esa chica. Ya la perdí, pero oye, muy amables.
Antes de volver a hundirme en la miseria -la gente es rara, cuando tu eres un extraño; los rostros se ven feos cuando estás solo; las mujeres parecen traviesas cuando no eres deseado, las calles son desiguales cuando estás deprimido- me propongo algo. Voy a llamarte. Si, voy a llamarte y me dejaré guiar por última vez por la canción que suene en ese momento. Si, eso haré. Así que cojo el telefono, marco y, en cuanto escucho tu voz, cierro los ojos, y digo:
Te vi. Juntabas margaritas del mantel. Ya sé que te traté bastante mal. No sé si eras un ángel o un rubí, o simplemente te vi. Te vi, saliste entre la gente a saludarme, y los astros se rieron otra vez; y la llave de Mandala se quebró...o, simplemente te vi. Bueno, todo lo que diga está de más. Las luces siempre encienden en el alma. Y, cuando me pierdo en esta ciudad, vos ya sabés comprender, que es solo un rato, no más, yo tendría que llorar, o que salir a matarme. Te vi, yo no buscaba a nadie, y te vi. Te vi, fumabas unos chinos en Madrid. Yo sé, hay cosas que te ayudan a vivir. No hacías otra cosa que escribir, y yo, simplemente te vi. Me fui, y me voy de vez en cuando a otro lugar. Ya sé, no te hace gracia este país. Tenías un vestido y un amor, y yo, yo simplemente te vi.
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