Cada día el ser humano recibe impactos desde el exterior. Así, se va moldeando paulatinamente. Es como una lata de refresco a la que si le tiran piedras desde uno y otro ángulo acabará aboyada de una u otra manera. En este mundo, los ángulos desde los cuales se lanzan las piedras son prácticamente los mismos y, por lo tanto, las aboyaduras de las latas son semejantes. Por supuesto que la velocidad varía y en función de la resistencia del aire el guijarro tendrá un mayor o menor impacto en la lata. Pues con esta metáfora tan simple, logramos explicar mucho HUMANO por entre medio.
Aunque no somos una secta que imparte dogmas y maneras de llevar la vida, sí que tenemos claras y convergemos en ciertas cosas, siendo la más importante de ellas y origen de todas las demás: EL VACIO ORIGINAL EXISTENCIAL. Como la lata, nacemos vacíos.
Es un término que utilizamos para designar el enorme agujero con el que todo el mundo llega al mundo. Podríamos hacer otro símil: como si se tratara de un ordenador cuya memoria RAM está a cero, el ser humano nace vacío, un vacío que a lo largo de su existencia le ira pidiendo más y más (es un enorme agujero negro pues no se sabe qué lo origina ni como escapar de él, de hecho, no se puede escapar de él).
Los padres son los primeros programadores de ese pequeño e indefenso así como inservible ser. Ellos se ocupan de la instalación del sistema operativo. Pero por mucho sistema que uno tenga, lo que realmente hará a la persona serán las experiencias, de las cuales hablaremos más adelante en otro artículo. Las experiencias vitales serán lo que conforme a un tipo de persona y a otro. Sí, dependerá de los valores que le han sido inculcados pero esos valores podrán saltar por los aires si las experiencias vitales entran en confrontación con los mismos.
Dicho vacío original es el que da orden al cerebro para nuestro estado de ánimo. Si el vacío está suficientemente lleno entonces nos sentiremos saciados. La dificultad estriba en la manera de saciarse. Cada uno debe tener claro lo que le motiva, lo que le gusta, lo que le llena. Es la única manera de sentirse repleto. El trabajo, las obligaciones, los aprioris que tienen que llenarnos muchas veces os dejan una sensación de devastación inexplicable... pues esa sensación de tristeza o de frustración indica que lo que hemos hecho no nos llenaba lo suficiente y, por lo tanto, el vacío sigue estándo ahí.
pero despues de triunfar, qué nos queda? recibir aplausos, ayudar a ayudarnos, para qué?... si no tengo el amor?..