“Cuando se vomitan todos los traumas, surge Titane”
Especial Sitges 2021: Culturaencadena.com, medio de comunicación invitado al Festival Internacional de Cine Fantástico
La coproducción entre Francia y Bélgica, TITANE, está escrita y dirigida por Julia Ducournau (Crudo)
Una niña va en coche con su padre, los dos tienen un grave accidente y a consecuencia del mismo, a la pequeña le colocan una prótesis de Titanio en la cabeza, dejado una severa cicatriz, cerca de la oreja. La niña crece y Alexia (Agathe Rousselle), como así se llama, entra en una gran nave en la cual los coches tuneados, la música y las chicas realizando bailes sensuales sobre ellos, son el principal atractivo. Alexia se sube sobre el capó de uno de los coches y ejecuta un número de lo más erótico, atrayendo la atención de todo el público masculino, que se concentra en el lugar.
Por otro lado, nos encontramos con Vincent (Vincent Lindon), un jefe de bomberos, que vive atormentado, pues hace 10 años que desapareció su hijo. Recibe el aviso de la policía que un joven, con la cara magullada, afirma ser su hijo, Adriane Legrand. A estas dos historias, debemos incluir los extraños asesinatos que están sucediendo en el lugar.
Si buscamos en la RAE, la definición de Titanio, nos dice: “El Titanio es un elemento químico de símbolo Ti y número atómico 22, que se sitúa en el grupo 4 de la tabla periódica de los elementos. Es un metal de transición de color gris, baja densidad y gran dureza. Es muy resistente a la corrosión por agua de mar, agua regia y cloro” “Se usa en aleaciones metálicas como sustituto del aluminio para la fabricación de aviones, misiles, cápsulas espaciales, como sustituto de huesos y cartílagos en cirugía, para fabricar tuberías y plantas de desalinización, etc.” Y aunque os haya puesto su definición, que no queda mal, poco dice con respecto a la trama de la película, o tal vez no. No sé. Con esta película me han surgido muchas dudas, pues ofrece mucho más de lo que sugiere, incluso en qué lugar, realmente, ha querido posicionar a la mujer, pues francamente, hace pasar a la protagonista, por un tormentoso calvario.
Titane, me ha deslumbrado, hechizado y desconcertado, pongamos a partes iguales, pues no sabría quien se lleva la palma, además de la película. Lo que sí tengo claro, es que no pasará indiferente, convirtiéndose en tema de debate allá donde vaya. Amada, rechazada y por supuesto, con el tiempo, película de culto a analizar, tal vez por encima de lo que la propia directora ha pretendido mostrar o insinuar. Un filme no apto para un público convencional, pues seguramente no asimilarían ni el propio prólogo.
Una película enigmática y fetichista por instantes y terriblemente desagradable y obscena, en otros. El famoso dicho de que toda mujer embarazada con el paso de los meses, desprende una luz y belleza especial, es un mito para Ducouneau, pues nunca pensé ver en pantalla como una mujer, no solo pierde su encanto y su brillo, sino su esencia y humanidad. A medida que avanza el metraje, su personaje resulta incómodo y grotesco y Agathe Rousselle, lo convierte en algo tan real, que además de provocar que se disparen en el espectador, ciertas alarmas, se llegue a creer que estás viviendo en directo una auténtica pesadilla, la más dolorosa por la que puede pasar una mujer. La escena del parto despierta una gran intranquilidad y repulsión, así como todos los sentimientos que creías no existían.
Imposible de encasillar en un género concreto, Titane, nos muestra todo aquello que jamás has visto en una gran pantalla y mucho menos en la pequeña, aunque nos pueda traer ligeros recuerdos de otros filmes de culto; por poner un ejemplo, “Crash” 1996 de David Cronenberg, en donde los coches, también, cobraban un protagonismo especial, al convertirse en un objeto de deseo. Ambos filmes, con sus diferencias, gracias a las magníficas atmósferas que crean, resultan igual de malsanos, dramáticos y fascinantes; no pudiendo despegar la mirada de la pantalla, por mucho que se desee. Es ese lado retorcido que todos, en mayor o menor medida, poseemos. No pero sí. No quiero mirar, pero miro. Me repugna pero a la vez…
Una película que en ningún momento decae, pues está en constante evolución a través de sus giros y las imágenes que resultan letalmente devastadoras, para esas mentes que no sepan ver más allá de la pantalla. Existen tantas escenas que te hacen encogerte en la butaca, que es difícil quedarse con una, pero además de la ya mencionada del parto, me quedo con el acto sexual dentro del coche. Vemos a Alexia atada por las muñecas con los propios cinturones de seguridad, en los asientos de atrás, y ahí lo dejo. Como decía, hay muchas escenas para elegir y en todas ellas, está ella, que aunque ya la he mencionado, se merece todos los honores, Agathe Rousselle, a quien Julia Ducournau, ha llevado al límite de lo impensable, para desarmarnos con uno de los mayores ejercicios de provocación, tal vez, nunca filmado. No me puedo olvidar del gran Vincent Lindon, quien está extraordinario y la magnífica fotografía en la mirada de Ruben Impens.
- Mi nota es: 7 / 10
- REPARTO: Agathe Rousselle, Vincent Lindon, Dominique Frot, , Nathalie Boyer, Myriem Akeddiou, Théo Hellermann, Anaïs Fabre, Mehdi Rahim-Silvioli, Lamine Cissokho, Céline Carrère y Mara Cisse.
- PRODUCTORA: Kazak Productions// Frakas Productions.
- DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Caramel Films.
SOBRE LA DIRECTORA
La guionista y directora, Julia Ducournau, se formó en la Escuela de Cine de La Fémis de París, en la especialidad de guion, finalizando sus estudios en 2008. Se inició con el cortometraje “Junior” 2001, el mediometraje de animación “Mutations en cours” 2016 y ese mismo año debutaría en el largometraje con “Crudo” (Obtuvo el premio FIPRESCI en Cannes, además de otros premios internacionales). Este año llega con “Titane” (Palma de Oro en Cannes y otros premios internacionales). Para televisión ha dirigido el telefilme “Mange” 2012 y la serie, junto a otros compañeros “Servant” 2019.