Rompe Ralph y las vacaciones navideñas en #Callaocitylight
Las vacaciones navideñas están aquí y para los más pequeños eso significa días sin colegio, sin deberes y con mucho tiempo libre. Para algunos padres eso supone horas de tiempo que llenar y al mismo tiempo, seguir educándoles como pequeñas personas. Por todo esto, Callao City Lights ha decidido ampliar su horario de cine y añadir una sesión matutina, para los más pequeños, a las 11.30 de la mañana.
¿La película elegida? ¡Rompe Ralph!
¡Rompe Ralph! (Photo credit: faseextra)
En ella conoceremos a Ralph, el malo de un videojuego de arcade que no acaba de encajar el hecho de ser "el malo", ya que eso le supone quedarse sólo y tener que dormir en un vertedero; así que un día decide armarse de valor y colarse en otro videojuego para lograr la aceptación de sus compañeros...solo que el camino estará lleno de sorpresas, y conocerá a una pequeña niña con un sueño: ganar una carrera de bólidos.
La producción de 70 minutos tiene el despliegue de todos los encantos Disney: agradables dibujos, personajes con gancho y unos escenarios de lujo donde los más pequeños disfrutarán como locos. Imagina un mundo hecho de chuches y caramelos... y añádele bólidos de carreras... ¡una mezcla que no puede fallar!. Además, Rompe Ralph también ofrece un abanico de emociones y una historia consistente y con una maravillosa moraleja... Ser malo no es tan malo... ¿no?
Los más pequeños disfrutarán con la cinta, pero también lo harán los mayores y los no tan mayores al reconocer la multitud de personajes de videojuegos que aparecen: ¿Qué hacen Ken y Ryu al terminar su jornada de trabajo? Ir a tomarse una cerveza en otro videojuego. ¿Y Sonic? Ir a celebrar el aniversario de otro juego de arcade. Totalmente imprescindible para estas navidades.
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Puede que a los niños les guste, como les gustará cualquier película de animación. Pero quien vaya a verla esperando guiños a los adultos que en sus tiempos de juventud jugaron a esos videojuegos, mejor que se quede en casa.
Puede que me entretuviese -no en todo momento-, pero desde luego me sentí engañado y me arrepentí de haber pagado por esa burda estrategia de venderte lo que no es.