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No he visto "Avatar" ni "En tierra hostil".
Me da igual si han cerrado el Bulli, nunca he ido a comer ni tenía la intención.
No sé quien se presenta a Eurovisión ni cuando se retransmite la gala.
He intentado leer "La sombra del viento" del soberbio Zafón pero no he podido con él, porque el exceso de descripciones y 'lacitos' en su aclamada escritura me hicieron abandonar antes de la página 40.
No he leído "Millenium" ni he visto ninguna de las películas, entre otras cosas, porque no me gusta ir al cine, ni puedo soportar el olor y el crujido de las palomitas.
No sé qué hace Buenafuente por las noches, ni quien baila en Tele5, ni quienes son los concursantes del nuevo "Gran Hermano".
No tuve entradas para ninguno de los conciertos de los U2, no sé cuantos puntos separa al Barça del Madrid, ni leo notícias de futbol.
A pesar de tener un par de hijos, no he ido jamás a Port Aventura ni a Disneyland París. No sé que es "El club del chiste" ni me he bajado la canción, entre otras razones, porque no sé como se hace para bajar música.
Tampoco sé nada de las series de moda, "Glee" o "Los Protegidos" ni me siento intrigado por saber cuando se besarán los protagonistas en cualquiera de las dos series.
Me da igual si esta semana no se estrena ningún capítulo de "House" y no se me ha perdido nada en la isla de "Lost".
Conclusión: no soy un ciudadano de éxito.
¿Es Celda 211 tan buena como para ganarlo todo y más? ¿Y si el éxito de las cosas, y sobretodo de la cultura, no dependieran tanto de su calidad intrínseca, sino de estar en el lugar justo, en el momento más adecuado para la gente que lo quiere? ¿Y si el éxito lo creásemos nosotros mismos para sentirnos acompañados (o para no sentirnos tan solos) y a la vez que contribuímos a su éxito, consumiéndolo, para luego poder mirarnos en el espejo y seguir diciendo que somos los más bonitos?
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Decía Bertold Brecht que tan triste es un artista sin público que un público sin artista. ¿De veras encontrais tan extraordinaria la canción de Robert Ramírez, "Sick of love"?
Contemplo, sorprendido, la evolución de www.culturaencadena.com. Admiro el trabajo de los autores, que para mí son artistas que aún hoy siguen a su rollo, al igual que el equipo directivo de la web, que es el que se encarga de hacerlo evolucionar.
Observo al público, a los lectores, que son un espejo de nuestra sociedad y que disfrutan de este maravilloso invento en el que sigo sintiéndome cómodo, a pesar de no saber nada sobre ninguno de los temas que se tocan en la zona más pública. Hay un público para unos artistas, y unos artistas para un público, y todo se mezcla, haciendo que unos se interesen por otros. Entiendo el engranaje, lo admiro, y sigue apasionándome, quizás más que nunca, por el hecho de la convivencia entre lo más comercial (que el público ha traído) y lo menos convencional (el trabajo de cada uno de los autores), a pesar de no saber nada de lo que a la mayoría le interesa. Me felicito por haberos encontrado, seguiré aprendiendo de todo, tanto de los artículos como de lo que interesa en el mundo.
Mi única pasión solía ser la música, pero me he quedado desfasado y ya no sé lo que la musica es: A saber...Ya no leo notícias de música, no tengo mezclador de música, ni ipod, ni movil, ni disco duro, ni mp3. Todos los aparatos que me regalan desde el exterior se acumulan, precintados, en mi bunker, desde donde os escribo.
No sé como funciona el itunes, ni el nero, ni el windows media. No sé cuales son los nuevos videos musicales, cual es el mejor videoclip de música, no sé cómo compartir videos, ni descargar videos de música, como conseguir musica para el movil, y lo único que tengo en mi casa es musica de ambiente, rudimentaria, vieja, clásica. Ayer fui a escuchar musica en directo, en un concierto de música clásica que, burro de mí, me entusiasmó. A pesar de que las entradas estaban a 10 euros, el auditorio no acababa de estar lleno. Es decir, debió de ser una mierda.
Pd. Voy a ver la película que nunca he podido dejar de repetir, "Lawrence de Arabia", haciendo mi felicitación extensa a Jerof por el interés que desde el primer día, aunque estuviera en silencio, me suscitan sus artículos, haciendo extensiva esa congratulación a todo el equipo CEC.
