El director de cine portugués Manoel Candido Pinto de Oliveira, mundialmente conocido comoManoel de Oliveira, ha muerto a los 106 años de edad este jueves, según han confirmado fuentes de la productora con la que realizó sus últimos trabajos a EFE.
Manoel de Oliveira ha conseguido algo en el cine de lo que no se tenía constancia: estrenar a los 100 y pico años. El cineasta luso es considerado el director más longevo del mundo: debutó como director a los 23 años (en 1931) con el documental Douro Faina Fluvial y durante su carrera realizó cerca de 60 películas. Deja detrás de sí una singular obra que abarca 82 años de carrera considerada un legado que preserva la memoria del siglo XX.
Oliveira jamás se traicionó y siguió utilizando los mismos recursos, muchas veces chocantes para el público, dándole a su obra una continuidad que reconocerán aquellos que le han seguido, que no son pocos, y a quienes recomendamos cualquiera de sus películas. Si pruebas con cualquiera de sus películas, y te gusta, es seguro que querrás conocer mucho más de su obra.
Para ello recomendamos que escarbes en algunas de sus películas más añejas, como 'El valle Abraham' (2003), 'Viaje al principio del mundo' (1997) o 'El convento' (1995).
Considerado un cineasta de culto en Europa y Brasil, entre los galardones que ha recibido durante su carrera destacan un León de Oro del Festival de Venecia (1985) y una Palma de oro del Festival de Cannes (2008), dos de los premios más importantes del mundo del cine. Su última película estrenada en España fue 'El extraño caso de Angélica' (2010), con Pilar López de Ayala de protagonista y con Luis Miñarro en la producción
Actores y actrices de la talla de la francesa Catherine Deneuve, el estadounidense John Malkovich o el italiano Marcello Mastroianni participaron en algunos de sus filmes durante las décadas de los 80 y los 90, contribuyendo a dotar a su obra de una dimensión internacional.
Manoel de Oliveira había superado en los últimos años algunos problemas de salud, entre ellos un internamiento hospitalario en el verano del 2012 por problemas de insuficiencia cardíaca y otros episodios en el invierno del 2013.
En 2008, antes de convertirse en centenario, el cineasta confesó su mayor deseo, reflejo de una carrera detrás de las cámaras que alargó prácticamente hasta el últimos suspiro: "Mi mejor regalo es seguir haciendo películas". Lo hizo, hasta el fin.
Descanse en paz.