Seguramente si os hablo de una serie de policías donde el protagonista no es santo de la devoción de sus superiores, que va a su rollo sin hacer demasiado caso de las órdenes, que es un genio resolviendo los casos que se le presentan, que algunos de sus compañeros son corruptos y que debe luchar contra unos malvados muy malvados, pensaréis que no vale la pena ni empezar a mirarla. Pues con la serie inglesa "Luther" (actualmente en emisión en AXN) estaríais muy equivocados si no lo hicierais...
¿Por qué? En primer lugar, porque es una serie inglesa, concretamente de la BBC. ¿Qué significa esto? Básicamente calidad garantizada y solvencia contrastada. Después tenemos a los protagonistas, todos ellos actores desconocidos (menos el principal, al cual recordamos de la sensacional The Wire y también de la versión americana de The Office) pero que cumplen a la perfección con sus papeles, especialmente (como decíamos) el protagonista Idris Elba, encargado de dar vida a John Luther, un personaje difícil, que lucha no sólo contra los malhechores sino también contra sí mismo, psicológicamente atormentado, con frecuentes ataques de rabia y que amenaza constantemente con volver a perder la salud mental, como ya le ha ocurrido en alguna ocasión.
Motivos no le faltan: su (casi) ex mujer ahora tiene un amante y no quiere saber nada de él, aunque tampoco termina de estar muy segura; los casos que se le presentan son de lo más delicados, con secuestros, asesinos en serie, psicópatas que no lo parecen porque son el vecino de al lado, etc.; y encima, uno de sus mejores amigos dentro del cuerpo podría estar implicado en uno de los turbios casos a resolver. Curiosamente, sin embargo, también recibirá la ayuda de una asesina (que aparece ya en el primer capítulo) a la cual no ha podido detener por falta de pruebas, aunque está seguro de su culpabilidad. La relación entre ambos recuerda a menudo a la de Clarice Starling y Hannibal Lecter en El silencio de los corderos, y los diálogos que mantienen siempre son dignos de escucharse.
Todos estos factores, unidos a un buen puñado de sorpresas, hacen de esta serie un thriller psicológico muy intenso y sumamente entretenido, que nos mantendrá pegados a la butaca en cada uno de sus (sólo) seis episodios, un formato bastante habitual en las series inglesas, que se alejan de las temporadas “largas” americanas. Cada episodio es mejor y más emocionante que el anterior, y al final tenemos la sensación de que todo podría quedar cerrado tal como está, pero también es verdad que si quisieran podrían hacerlo continuar durante unos cuantos episodios más. Los señores de la BBC tienen la palabra. En cualquier caso, estoy encantado de haber conocido a John Luther.
