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9-. BLACK MIRROR.
Miniserie de 3 capítulos del kamikaze creador de esa pequeña curiosidad zombie en el plató del 'Gran Hermano' británico que pudimos ver hace unos años, 'Dead set', que también os recomendamos en estos especiales. Si lo tuyo es una serie arriesgada, no te puedes perder esta nueva genialidad de Charlie Brooker. Si antes hablábamos de Dead Set como una serie delirante y alocada, ésta la supera.
Tres capítulos por temporada (y un especial de Navidad el año pasado) que no comparten ni personajes, ni tramas, y que nos hablan de nuestra sociedad, pero reflejada en un espejo negro y bizarro, como merece: con un tono crítico más que atrevido, que mete el dedo en algunas de las múltiples llagas que podrían dolernos. Las situaciones no son del todo posibles ahora mismo, pero tampoco imposibles dentro de muy poco, tal cual está avanzando nuestro mundo.
Primera escena: Suena el teléfono de una habitación. La habitación es la del primer ministro británico. El mensaje que recibe es el siguiente: 'la princesa ha sido secuestrada'.
Segunda escena: El Ministro, acompañado ya de su gabinete de crisis y comité de expertos, visiona el video (ficticio también) en el que el secuestrador prueba que no se trata de una broma y le indica cuál será el 'precio del rescate': que éste mantenga relaciones sexuales con un cerdo.
¿Alguien recuerda algo tan subversivo en televisión? Puesto esto no es nada: pasen y vean el mundo surrealista de 'Black mirror', que tiene algo en común con nuestro mundo politicamente correcto y, en realidad, tan degradado...
El primer capítulo DENUNCIA (porque esta es la única palabra posible para definir la serie) el periodismo basura y sin escrúpulos, la política y sus corrupciones y el mal uso, abuso y obsesión del ser humano por las redes sociales. El segundo se centra en el narcisismo, egocentrismo y ombliguismo del ser humano.
Y atención: el tercer capítulo de la primera temporada, dedicado a cómo la tecnología puede avanzar hasta destrozarnos por completo la vida, es el más duro de ésta, una trilogía, que aplaudimos a rabiar y que a pesar de que incomodará a algunos, y no importará a muchos otros.
En definitiva, la serie que muchos de nosotros, hartos de vivir en este mundo miserable, estábamos esperando. Una mezcla de thriller y ciencia-ficción, aunque aquí la fantasía sea macabramente real.
Esperamos nueva entrega para la temporada 2015-2016, aunque aún no está del todo confirmada.
10-. AMERICAN HORROR STORY
De esta serie ya hemos hablado ampliamente, y poco más queda por decir. Una renovación del género de terror en toda regla, que ya la necesitábamos, sobretodo en el formato series, por parte de un inspiradísimo Ryan Murphy, y que para nosotros ha supuesto también la auto-realización del autor de la inolvidable 'Nip Tuck', donde ya coqueteó con el género del horror con resultados mucho menores. Pero aquí, la clava.
Cada temporada con personajes y tramas distintas, hay que mencionar cual es el verdadero terror: somos nosotros, los seres humanos, y a eso sabe jugar muy bien la serie. Cualquier defecto humano se amplifica en esta genial ficción, llena de personajes grotescos, canallas y con miles de paranoyas.
Todo el que entra en acción, se desfasa, podría ser un subtítulo del excelente título. Sólo apuntar a la metáfora latente y, por lo visto, poco vista, en el transcurso de la serie, que no deja de ser otra ácida crítica a nuestra sociedad y a los desorientados y perversos seres humanos que la habitamos: ¿acaso todo aquel que entra en la rueda de nuestro mundo no amplifica también sus defectos?
En octubre, nueva temporada, con nuevos protagonistas. Entre ellos, Lady Gaga.
11-. "The Booth at the end": ¿Hasta dónde serías capaz de llegar por tu mayor deseo?"
En una época en la que las series de ciencia-ficción no son muy acertadas, y la mayoría de las que estaban en activo han sufrido o han sido canceladas, hemos tenido que acudir a las series online para llevarnos alguna alegría al respecto, aunque no estemos ante un 'sci fi' puro.
Esta serie online de la cadena FX pasa de la ciencia-ficción al thriller con una pericia sorprendente, y lo más asombroso de la idea es que todas las situaciones se desarrollan en una cafetería.
El axioma de 'la imaginación al poder' llevado al mundo de las series, demostrando que la originalidad y el buen hacer es cosa de talentosos y privilegiados, y no siempre de grandes presupuestos. Lo que más nos gusta es que estimula la imaginación y que no habíamos visto nada igual de tanta calidad en webseries.
Nunca nos habían movido así las entrañas con 'tan poco', ni nos habían propuesto tantos dilemas en 'tan poco espacio y tiempo', pues sólo tenemos 5 capítulos de unos 15 minutos... Queremos más!!!
La psique humana desnuda y en aprietos, tal y como estábamos deseando. Una gozada imprescindible que, además, nos abre una nueva ventana por la que debemos y queremos mirar: las series online. Esta es la mejor hasta el momento.
12-. THE CONFESSION.
Ahora que ya está confirmado que Sutherland es el ex-Jack Bauer de 24, es buena idea irse deshaciendo del personaje tras el actor para los próximos proyectos que pueda encarar, y para ello podemos recurrir a 'Confessions', otra serie online que no podíamos dejar de nombrar en estos especiales.
10 capítulos de un máximo de 10 minutos, cada uno de ellos mostrando una confesión de un sicario (el propio Sutherland) a su sacerdote (el gran John Hurt, "El hobre elefante").
Cada una de estas confesiones hablan de un nuevo asesinato, explicando por qué lo hace, y por qué el asesinado merecía perecer.
Sin embargo, hayas pensado lo que hayas pensado llegado a este punto, debes saber que el confesor busca respuestas, y eso provoca que se vaya estableciendo un vínculo entre ellos, que acabará en un éxtasis final.
Una serie online progresiva, con unas intenciones tan claras como las siguientes: sugerirnos muchas ideas y dilemas en unos buenos diálogos, que es lo mejor de ella, dentro de una buena intriga y unas aceptables escenas de acción que no son, sin embargo, del nivel que habíamos visto en "24": que nadie lo espere pues, porque aquí lo bueno vuelve a ser la 'chicha', y nosotros nos alegramos de ello.
13-. LIFE'S TOO SHORT
Image via Wikipedia
"Life´s too short" es la penúltima comedia de Ricky Gervais, ese monstruo, según algunos, ese genio, según nosotros, que consigue escandalizar pero también ridiculizar a muchas de las estrellas del Hollywood más cretino, así como a los espectadores bien-pensantes y politicamente correctos, que le detestan.
Sin embargo, nosotros tenemos un concepto mucho más bueno de él: nos parece uno de los mejores guionistas de series del momento, y en ésta, se gradúa.
Como en la mayoría de sus producciones, la serie va 'in crescendo'. Para eso es una serie. Es decir, no esperen un piloto de impacto y con un gran enganche, ni nada de todo eso, pues Ricky no necesita hacer un gran piloto para convencer a ningún ejecutivo: su maestría está sobradamente contrastada, y su maestría es de total confianza para los señores de la BBC.
Como él mismo comentó en su presentación, ‘Life’s Too Short’ ('La vida es demasiado corta') es otra comedia observacional naturalista que lidia con los problemas de cada día, las debilidades humanas y los errores de la sociedad… pero con un enano"
Y en efecto, esta serie se centra en la vida cotidiana de Warwick Davis (visto en la cuarta parte de la Guerra de las Galaxias o Harry Potter) uno de los actores enanos más conocidos de Gran Bretaña. Y en ella, Ricky hace gala de su exquisita sensibilidad, muy alejada de la imagen terrible que de él tienen sus detractores y, como ya hemos citado, de su absoluta maestría para las comedias de nivel. No gustará a todo el mundo, mucho menos a aquellos que sólo busquen echarse unas risas enlatadas y pasar el rato, la serie va mucho más allá y es por ello que la coronamos, en su momento, como la mejor comedia del 2011.
15-. CREMATORIO.
Image via Wikipedia
No es por cubrir el expediente. Si no existiera esta serie, no habríamos puesto ninguna de nuestro país. Pero 'Crematorio' se ha hecho merecedora no sólo de un Premio Ondas, sino de nuestro aplauso reiterado, aquí no podía faltar.
Y ahora que Canal Plus se muere para fusionarse con el enemigo, recordamos que fue su gran serie de ficción propia, para que nadie se confunda y piense que fue de LaSexta, que simplemente compró sus derechos para emitirla luego en abierto.
No somos dudosos: no nos gustan las series españolas, y no acostumbramos a reseñarlas. Daremos todos los datos que nos pidan sobre cualquiera, porque nadie va a ser marginado en esta web, pero de ahí a reseñarlas... va un buen trecho. Sin embargo, sí lo hicimos antes, durante y después de la emisión de esta serie. Y lo hicimos, sobretodo -y a parte de su comprobada calidad-, porque se apartaba de esa insufrible etiqueta de las series españolas, que podríamos definir como 'para todos los públicos' o aún mejor, pensada para gustar al máximo número de espectadores posible. Y todo ello sin, nunca jamás, arriesgar.
Crematorio arriesgó, y se ganó el favor de la crítica con ese argumento que nadie, increíblemente, se ha atrevido a diseccionar: las corrupciones derivadas o intrínsecas a la burbuja inmobiliaria, un vergonzoso fenómeno nacional que dejará hundido a este país en la más larga de las crisis. Los mamoneos entre políticos y especuladores.
José Sancho en estado de gracia -desde aquí nuestro recuerdo y máximos respetos-, interpretaba al constructor Bertomeu, y la serie se atrevía a mostrarnos sólo algunos de los sucios teje-manejes y conexiones que existen entre estos, los constructores, los políticos y todos los que han querido, y siguen queriendo, chupar del bote.
Bertomeu, como vimos en unos poderosos y acertadísimos flashbacks que nos situaban al inicio de la burbuja, consiguió un imperio de riqueza materialista, que no espiritual, de la forma en que se consiguen las cosas en este mundo: pisando a los demás y aprovechándose de los ignorantes y de una falsa democracia, tan corrupta como la mayoría de personajes que pululaban por la serie, tan bien interpretada como dirigida y escrita.
¿Y qué tienen que ver los zombis con Gran Hermano?, os preguntaréis vosotros con toda la lógica del mundo.
La acción de esta serie se sitúa, en un principio, en la casa del popular concurso (en su versión inglesa porque esta serie también lo es, o sea que para ser exactos deberíamos decir “la casa del Big Brother”), donde vemos a sus habitantes hablando de tonterías diversas y preocupadísimos por saber si están o no en directo, por conseguir la fama cuanto más rápidamente mejor, y también un dinero fácil si pueden ser los últimos en ser expulsados de la casa (precisamente es noche de expulsiones y por lo tanto la tensión es superior a la de un día normal). Pero lo que ellos ignoran es que fuera de la casa, en el mundo real, se ha desencadenado una especie de epidemia inexplicable que hace que los muertos vuelvan a la vida para alimentarse de los vivos. Muy pronto se darán cuenta de lo que está pasando cuando uno de los zombis consigue entrar en la casa que ellos creían tan segura...
Este es el punto de partida de esta mini serie británica, que con estas premisas ya podemos asegurar que hará las delicias de los fans del terror en general y de los zombis en particular. A estos espectadores no les resultará nada difícil identificar algunos de los elementos más comunes del género que popularizó ya hace unos cuantos años George A. Romero en el cine, como por ejemplo los humanos aislados en un lugar cerrado y protegiéndose de la amenaza zombi externa, la manera más eficaz de eliminar a los zombis (atacar a la cabeza), los festines que suelen darse los muertos vivientes cuando pueden pillar a algún humano vivo, los descuartizamientos explícitos con sus correspondientes montones de vísceras y de hectolitros de sangre, etcétera. Incluso podremos ver alguna novedad como por ejemplo que los zombis, en vez de tener el típico andar lento e inseguro, en esta serie corren tanto o más que los humanos y se muestran bastante más despiertos de lo que es habitual (aquí seguramente los puristas pondrán el grito en el cielo). Pero a pesar de ello, en el aspecto puramente estético no hay nada a objetar, porque aunque la serie está filmada con un presupuesto bastante bajo (muchos de los zombis son voluntarios que el creador Charlie Brooker (Black mirror) reclutó a través de Facebook), las escenas de los ataques y desmembramientos humanos están muy bien conseguidas y no desmerecen en absoluto a las de películas con más presupuesto.
Pero la gran virtud de esta serie es que no se queda aquí sino que a través de los zombis nos plantea una gran metáfora y una crítica feroz contra una buena parte de la televisión que se hace actualmente, contra sus creadores y contra los espectadores que se lo miran. Aquí no se salva nadie. En este sentido, es especialmente acertado el personaje de Patrick, el productor del concurso (maravilloso Andy Nyman), un individuo que pisa a quien sea para conseguir sus objetivos y que no tiene ningún tipo de respeto ni por sus subordinados ni por los concursantes, a los que trata como a auténticos objetos que están sólo al servicio de hacerle ganar audiencia (y por lo tanto dinero). De todas formas, también debe decirse que muchas veces no le falta razón.
Igualmente, es muy curioso y digno de reflexión el hecho de que en la serie participe la auténtica presentadora del Big Brother inglés, Davina McCall (que se interpreta a ella misma) y que el mismo programa haya permitido el uso de su nombre en una serie que lo critica sin contemplaciones. Eso sería muy difícil de entender, si no fuera porque Dead Set está creada por la misma productora de Big Brother… ¿Se critican a ellos mismos, o se ríen directamente? Tema para reflexionar, sin duda…
Evidentemente no es la mejor serie de la historia, pero es que tampoco quiere serlo. Sencillamente quiere hacer una denuncia de un tipo de televisión que cada vez abunda más, y la hace creando una alegoría perfecta, jugando con el tema familiar de los muertos vivientes y con una buena dosis de ironía y humor negro. Sólo son 5 capítulos de unos 23 minutos cada uno (menos el primero, que es doble), o sea que la devoraréis más rápido que los zombis a los humanos. Totalmente recomendable.
17-. Transparent
Transparent es una creación de Jill Soloway ('A dos metros bajo tierra') emitida en Amazon, premiada en todo el mundo, y renovada ya para una segunda temporada que veremos en otoño de este 2015.
Transparent narra la historia de un profesor jubilado que le va confesando a su familia su transexualidad. Tras una vida difícil escondiendo su verdadera identidad, la transexual Maura se libera y finalmente se presenta a sus tres hijos, ya adultos, tal y como es en realidad.
Cuando parece que Mort (Jeffrey Tambor) ya tiene la vida resuelta, decide ser transparente consigo mismo y dejar de proyectar a sus hijos lo que no se corresponde con su verdadero yo.
Con la premisa de "La gente ve en mi lo que no quiero que vean", arranca Transparent.
A partir de este momento, todos los miembros de la familia Pfefferman, de clase media-alta, experimentarán y explorarán en su interior en busca de su verdadera identidad.
Una serie donde nadie es quien parece y nadie es como verdaderamente quiere ser. Todos sus personajes nos harán cómplices de su crisis existencial.
Sarah (Amy Landecker), es la mayor de los tres hermanos, una mujer que, a priori, parece felizmente casada con hijos pero todavía preserva recuerdos de sus escarceos lésbicos en la universidad y su orientación sexual se vuelve confusa.
Josh (Jay Duplass), es el hermano mediano que vive en una eterna adolescencia, un productor musical de éxito que esconde sus verdaderos sentimientos manteniendo sexo sin parar.
Ali (Gaby Hoffman), es la pequeña y ojito derecho de su padre, una chica que heredó el gen de la depresión, muy hippie, completamente perdida y bastante asqueada de la vida que vive al día sin pensar mucho las cosas.
Shelly (Judith Light), es la madre de los tres chicos, divorciada de Mort y casada con un anciano enfermo, será espectadora de fondo de la repentina transformación de su familia.
Transparent es una comedia muy dramática con una primera temporada formada de 10 capítulos, basada en experiencias personales de su creadora.
Unos trastornos familiares que desde CEC recomendamos a todos aquellos amantes de la sensibilidad, los profundos sentimientos y la exploración del alma interna en busca de la verdadera identidad y la propia felicidad.
Evicted (Photo credit: Wikipedia)
18-. FLIGHT OF THE CONCHORDS
"Flight of the Conchords" fue la primera serie "seria" que se detuvo a observar los conflictos existentes entre los integrantes de una banda de música. Lo de seria no significa que estemos hablando de un dramón sino que, por fin, los aficionados a este mundillo, aquellos que han intentado o soñado formar un grupo o aquellos a los que les interese el tema, tienen una ficción rigurosa y realista sobre todo lo que comporta intentar el triunfo tocando, componiendo ó haciendo bolos. Ni tan siquiera el cine ha sabido contar bien esas pequeñas o grandes circunstancias que se esconden en el intento por formar un buen grupo musical.
Pero que nadie se lleve a engaños, pues no sólo de música vive el hombre, y tampoco esta serie, que de lo que realmente trata es de la vida, y más en concreto sobre la patética existencia de Jemaine y Bret, dos chicos entrados ya en la treintena, que siguen soñando con tener una banda de rock, pero a quienes todo les sale mal, o en su defecto, muy defectuoso (válgase la rebuznancia). Así las cosas, su mediocre manager no sabe encontrarles ni una actuación mal pagada, una groupie casada (y frustrada) les hace la vida imposible, y sobretodo, iremos viendo como ambos sucumben a todos aquellos defectos humanos que normalmente rompen a las bandas de música, como pueden ser la envidia, los celos o simplemente, dos visiones muy distintas a la hora de enfocar sus temas, o por extensión, sus vidas. Y cómo no, las mujeres.
La genialidad de "The Flight of the Conchords" es llevar esas situaciones que nacen entre un par de músicos amateurs a otros extremos de la vida para hablarnos de las cosas que más terrenales que les ocurren a cualquiera de las personas, con todas sus miserias, defectos y decepciones, pero todo ello sin perder nunca la sonrisa ó las ganas de soñar e imaginar con que algún día las cosas salgan bien, o como mínimo, no vayan tan mal. Nuestros anti-héroes tropiezan constantemente consigo mismos y con el mundo, pero en el capítulo siguiente, se vuelven a levantar.
Los creadores y guionistas de esta pequeña joya, que son además los dos protagonistas, no hacen uso de los mecanismos de la comedia más comercial, es decir, no estamos ante un tono "Friends", sino ante un inteligente ejercicio desarrollado desde el absurdo, situando la línea de emisión de mensajes al espectador en un surrealismo que podríamos comparar con cualquier letra de Albert Pla, un espectáculo de Faemino y Cansado, o una película de Hal Hartley. En este sentido, podríamos emparentar la serie con el humor inglés a medio camino entre los Monty Python y la divertida, pero más ligera, "The IT Crowd", donde los protagonistas también son unos "freaks" sin demasiada suerte ni excesivas luces.