Desde cómo está cambiando su proyección sobre el más allá, pasando por la visión de todo lo que la rodea, como la enfermedad, la muerte, las dudas o el dolor. De hecho, las dificultades ante las que nos vemos retados en el transcurso de nuestras vidas, con las decisiones que deben tomarse y las contradicciones a las que tenemos que enfrontarnos, son las materias primas sobre las que se trabaja la historia.
Sobre el escenario, la madre convocará por necesidad a dos cómplices: dos espíritus que se materializan en un amigo y una cantante de rock. Así, palabras y música irán transmutándose a medida que la historia transcurra, utilizando todas las voces que necesita un relato tan potente como éste, que parte de una memoria que a veces se rompe y a veces se reinventa, que mezcla realidad y ficción, que vuela hacia la fantasía y a la vez toca de pies en el suelo: una experiencia única, pocas veces disfrutada en nuestras salas.
Lejos de ser una función durísima o un dramón absoluto, como su argumento puede hacer presagiar a los espectadores más temorosos y evasivos, estamos ante una obra que funciona como un perfecto cóctel de humor y tragedia, formado por múltiples ingredientes: pensamientos racionales, irracionales, situaciones cómicas, absurdas, trágicas...
Una obra como las que nos gustan en CEC: alejada de los tópicos y el maniqueísmo y, en cambio, repleta de reflexiones, con grandes contradicciones, dudas y certezas, en un claroscuro tragicómico que nos hará pasar de un estado a otro, de un pensamiento a otro.
Y entre claros y oscuros, la música, que traspasa de forma transversal toda la obra, enriqueciéndola con la evocación de canciones que iluminan, chillan y ensordecen las diversas situaciones expuestas.
Destacar, como también lo hace la autora, el acierto de poner en escena, siempre con un enfoque artístico a la par que humano, algunos de los temas más trascendentes de nuestra existencia, que en miles de ocasiones se nos han pasado (y volverán a pasar) por la cabeza: el miedo a la enfermedad, la eutanasia, el dolor por la pérdida, el sentido de la justicia, la amistad, el amor, la felicidad, la libertad...
Hay denuncia, hay esperanza, hay aprendizaje, hay agradecimiento, hay poesía... y sobre todo hay MUCHO, MUCHO ARTE: LLIBERT es la historia de una vida que nos lleva a entender muchas vidas, pues traslada los hechos particulares de los personajes de la obra a los valores universales que a todos nos importan, desde un enfoque, ante todo, humano.
Y lo hace con una historia te sujeta, desde el principio hasta el fin, arrastrándote, a través de una narrativa abrumadora y una teatralidad intrínseca.
Una excelente obra que transmite y que te hará pensar y sentir. Ideal para ir a ver acompañado: si tras ella te vas a tomar algo o a cenar con quien te acompañe a la función, tienes asegurado tema para rato, y es posible que, tras la charla, os acabais conociendo un poco mejor.
A veces necesitamos que nos agiten para hablar de los temas más importantes de la vida con aquellos con los que tenemos una relación. Y esta es una fantástica oportunidad, y un excelente plan para este mes de abril: reserva ya una fecha y una entrada, pues te valdrá la pena. Puro teatro. Imperdible.
Del 10 al 27 de abril de 2014
Biblioteca de Catalunya (c/ Hospital, 56)
De lunes a viernes, a las 20.30h. Domingo, a las 18.00h
Entradas a la venta en: www.laperla29.cat
Direcció: Norbert Martínez
Actrius: Gemma Brió i Tàtels Pérez
Cantant i actriu: Mürfila
Escenografia: Lluc Castells
Disseny de Llums: Jaume Ventura
Vestuari: Bàrbara Glaenzel
Espai sonor: Mar Orfila
So: Ramón Ciercoles
Tècnic: Oriol Rufach
Audiovisual: Jordi Castells
Producció executiva: Marta Fluvià
Grafisme: Laia Montanyès
Fotos: Felipe Mena
Ajudant de fotografia: Alba Nàjera
Teaser: Mar Orfila
Cronista Virtual: Eduard Molner