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Los cortometrajes, son teóricamente los hermanos menores de los largometrajes. En la práctica, no llegan ni a primos lejanos, puesto que, las instituciones que deberían dar impulso para su realización y distribución, ni piensan en este tipo de cine,y la gran mayoría de espectadores ni los contempla.
Sin embargo, cómo en casi todo, existe una inmensa minoría que los valora, y considera lo qué realmente son: CINE (así con mayúsculas).
¡Cuántos cortos, magníficos, se han realizado, permutando presupuesto por ideas, entusiasmo por rutina, amor al cine por “taquilla”!. Y así podría seguir con muchos otros ejemplos. No merece la pena seguir.
Yo he estado en el festival mencionado en el artículo anterior, y puedo dar fé de lo expuesto aquí. Unicamente mi artículo tiene por objeto de que este cine llamado “cortometraje”, tenga su merecido reconocimiento. Por lo menos existe un festival que sí lo tiene...
He visto “películas cortas” de todo tipo, con más o menos medios, desde los rodados con cámara digital de vídeo, hasta en 35 mm., pero todas éllos con “ideas”, cosa qué por desgracia es cada vez más infrecuente en el cine convencional (léase largometrajes).
En fin, lo que ya venimos diciendo desde hace algún tiempo: las ideas están asentándose cada vez más en la televisión y, también, añado, en los cortometrajes.
Pero bueno, en este “bendito país” cómo diría Trajano, a la señora Ministra de Cultura, le parece bien, que su ministerio “pudiera ayudar” a la realización de una película sobre la vida de Belén Esteban...
¡Y así vamos!.