Thick As A Brick (Photo credit: wstera2)
"Thick as a brick" es un clásico absoluto que me acompañará durante todo lo que me quede de vida.
Lo descubrí con 15 años y ya desde la primera escucha me enganchó.Yo ni era músico ni tampoco entendía mucho del tema. Había leído algo acerca de Jethro Tull y éste era uno de los discos más recomendados. Yo sólo era un ávido devorador de música y, una vez oído, intuí que era algo especial....
De entrada el disco era un único tema (42 minutos) basado supuestamente en un texto que escribió un niño llamado Gerald Bostock. La música era sublime; se alternan arrebatos de furia, pasajes emotivos y partes instrumentales en la mejor tradición progresiva, todo teñido por la voz de Ian Anderson, su flauta y su guitarra acústica y donde los diferentes temas musicales se repiten aunque evolucionan continuamente y son presentados de distintas maneras (se podría llamar minimalismo?).
Los arreglos de viento que hay en algunas partes del tema encajan muy bien y enriquecen en matices el tema, los compases y ritmos empleados a lo largo de la obra son complejos en muchas ocasiones y la sección rítmica batería-bajo-órgano suena muy empastada. En momentos bajos siempre fue un punto de apoyo vital y decir que llegué a derramar algunas lágrimas con él como BSO de fondo; una de las razones por la que uno siempre desearía seguir vivo. Pasan los años y me sigue pareciendo perfecto; no le quitaría nada. Ahora que comprendo mejor la música puedo valorar el espeluznante trabajo de unos músicos transgresores en su momento para crear una verdadera joya musical hasta el fin de los tiempos. Es un disco atemporal que a muchos les podrá aburrir alegando que es pretencioso y desmesurado pero para mi es toda una declaración de principios.
Ni los propios Jethro Tull creo que lo hayan superado posteriormente a pesar de haber grabado muy buenos álbumes también. Disco conceptual clásico del rock progresivo de los 70, brillante tanto musicalmente como líricamente. La letra es intencionadamente crítica y pomposa, con varias interpretaciones; aunque el tema central del álbum es la influencia de la sociedad en el individuo en la manera como ésta nos moldea. La música es un compendio de diferentes estilos (hard rock, folk, sinfónico, jazz y psicodelia) en la mejor tradición setentera. La portada también está muy lograda; con este formato como si se tratara de un periódico y en el que aparecen varias noticias (en una de ellas se habla del supuesto autor del texto Gerald Bostock; y es que Ian Anderson es un tipo muy inglés y muy satírico). Haceros un favor y aprovechad ahora que bajarse un disco solo cuesta tiempo para prestarle la atención debida.