Si de algo no se puede quejar el sector metalero (en parte porque son grandes compradores potenciales), es de la cantidad de revistas o publicaciones mensuales referentes al género que tienen a su disposición desde hace ya bastantes años; algunas han sobrevivido, otras se han quedado en el camino y también han aparecido algunas de nuevas.
"Metal Hammer" fue una de las primeras en aparecer en el mercado aquí en España, desde el año 1987 sino me falla la memoria, yo todavía recuerdo aquel primer número con David Coverdale sobre un fondo negro en la portada, y en mi caso me fue de gran utilidad cuando me estaba introduciendo en ese nuevo mundo tan desconocido entonces para mi como era el del hevy metal. Hoy en día, con la era virtual parece que las revistas hayan perdido fuerza como medio de información; yo de hecho llevaba tiempo ya sin comprar ninguna, pero he podido comprobar que en mi caso aun me son de gran utilidad porqué entre otras cosas cuando navego por la red no suelo buscar casi nunca noticias ni novedades, me dedico a otras cosas más o menos legales principalmente, y la búsqueda de información en mi caso no se limita a ver únicamente lo que ocurre en la actualidad en cualquier campo, por lo que ese aspecto es el que acaba estando más descuidado.
En ese sentido las revistas para mí sí son una gran alternativa para hacer frente tanto a los momentos de espera que tenemos que afrontar cada día en muchos lugares, como para ponerme al corriente de manera muy práctica de todo lo que va ocurriendo en el mundillo musical, todo ello mientras me están haciendo perder el tiempo por ahí. Metal Hammer es una revista ideal en ese sentido porque recoge mucha información pero sin irse mucho por las ramas, lo que permite devorarla de manera muy amena y rápida, cumpliendo de sobras su función. Me explico: las entrevistas suelen ser bastante cortas y con preguntas directas que van al grano y no dan lugar para muchas elocubraciones, casi como todo el contenido en si exceptuando algún que otro reportaje que si suele ser algo más exhaustivo.
En ella también encontramos una serie de secciones habituales cortadas todas ellas bajo este mismo patrón, o sea el de la inmediatez funcional: críticas y agenda de conciertos, noticias, la zona radical (dedicada exclusivamente al metal más extremo), un espacio dedicado al metal nacional y las que para mi son las secciones con las que más disfruto; una muy extensa dedicada a la crítica de los discos (que son muchos) que van apareciendo cada mes y otra dedicada a la revisión de las continuas reediciones que se van publicando de una serie de álbumes que ya pertenecen al pasado. Cada número también suele incluir varios posters que pueden ser de gran utilidad para quienes les gusta forrarse la habitación o el local de ensayo acorde con esas fotos tamaño gigante de sus artistas y grupos preferidos. En definitiva es una revista cuya máxima virtud para mi es su efectividad en cuanto a facilitar que el receptor asimile la información de la manera más óptima y en las circunstancias más fáciles, además casi siempre huyendo del sensacionalismo barato cosa que se agradece.