Inside of Palau de la Música Catalana (Photo credit: Wikipedia)
No os asustéis, que el nombre engaña!!!.
A primera vista podríamos pensar que se trata de una orquesta verbenera de verano más, de esas que amenizan con música pachanguera las soporíferas fiestas mayores...pero no es el caso. Estamos ante una de las formaciones catalanas de más calidad musical en los lejanos años setenta, con una música instrumental cercana al jazz fusión, pero que incorpora otros elementos autóctonos propios de otras músicas.
Contrariamente a la mayoría de grupos catalanes de la época, como la
Companyia Electrica Dharma por ejemplo, que tambíen partían del jazz, los de la Mirasol no suenan, sorprendentemente, patilleros en ningún momento a la hora de abordar una música tan compleja como es ésta.
Formados en 1973 por el pianista
Víctor Ammann y el bajista
Xavier Batllès cuando, tras un concierto en Madrid acompañando a
Ovidi Montllor, conocen a una série de músicos que vivían en una comuna rural a las afueras de la capital. Ellos, que vivían en Barcelona, deciden tomar ejemplo y alquilar una casa en
Mirasol (de ahí el nombre de la banda), para ir a vivir y ensayar la música que en ese momento les está rondando por la cabeza, junto a otros músicos que comulguen con la idea.
Allí es donde se crearía una asociación entre ambos que desemboca en una fluida creatividad musical y que, tras algunos meses prácticamente encerrados en esa casa componiendo, ensayando y escuchando (o mejor dicho devorando mucha musica de todos tipos y con mucho movimiento de gente), es donde nace el grupo propiamente dicho, con la premisa de que cada músico haría lo que quisiera y aportaría cualquier tipo de idea.
Todo con una mentalidad muy propia de la época 'tardo-hippy' que se estaba viviendo en España, ya en los últimos coletazos de la condicionante dictadura franquista.
El paso por la banda de músicos como Cesar Vieira y Pedrito Díaz serán fundamentales para esa influencia latina tan notoria en la Orquestra Mirasol. Su primer disco, titulado "Salsa catalana" (1974) fue también importante por ser la primera producción del sello 'Zeleste', impulsora de ese invento llamado rock layetano, que giraba al entorno del movimiento musical barcelónes que se aglutinaba en la antigua sala Zeleste de Barcelona. El disco rompió esquemas y fue considerado revolucionario en el contexto y época por muchos, y es que temas como "To de re per a mandolina i clarinet" (y su continuación llamada simplemente "Reprise"), "Cançó de no entendre res", "No juguis amb set miralls" o "Molt trist" les sitúan en un plano de rigurosa vanguardia.
La banda formada en estos momentos por Batllés, Ammann, Pedrito Diaz (percusión), Ricard Roda (vientos) y Miquel Lizandra (batería) consigue cierto renombre también fuera de Cataluña y serían numerosas sus actuaciones en territorio español. Nada más arrancar 1975 hay una deserción en la banda viéndose Batllès y Ammann obligados a reclutar nuevos músícos como el canadiense
Dave Pybus (vientos), el chileno
Gustavo Quinteros (batería) y Santa Salas (percusión). Durante su actuación en el festival de Canet de 1975 aparecen junto a la cantante
Maria del Mar Bonet, aunque al final las cosas no cuajaron y cada uno siguió su camino. Para muchos aquello supuso el espaldarazo definitivo del grupo.
Su segundo album "D'oca a oca i tira que et toca" (1975) tenía que ser cantado pero al no encontrar a nadie capaz de cantar aquella música terminó siendo instrumental y doble. Guitarristas ilustres como Toti Soler i Luigi Cabanach también colaboraron esporádicamente con la banda. A finales del mismo año la Mirasol eran ya sólo un cuarteto formado por dos fracciones muy diferenciadas: (Batllès-Ammann por un lado y Quinteros y el guitarrista Lautaro Rosas por otro) que habían llegado a una gran desconexión entre ellos lo que hizo que la primera fracción se desentendiera rapidamente del grupo y se metieran a corto plazo en otros proyectos.
Aquí acababa la corta trayectoria de la Orquestra Mirasol propiamente dicha aunque diferentes escisiones de la misma circularon unos pocos años más por el panorama español. En 1998 hubo un revival de la misma actuando durante 4 dias en la sala L'Espai (Barcelona) y publicando un cd con lo mejor de aquellos conciertos titulado "Virgen morena". Lo más curioso es que este trabajo presentaba únicamente temas inéditos con novedosas influencias musicales que eran interpretados con la misma exquisitez, oficio y pericia de antaño; siendo además algunos de ellos cantados. Si os gusta el jazz-fusión a la antigua usanza o la música un poco dispersiva y abstracta haceros con estos discos, todos son recomendables.