El llamado rock català, fenómeno nacido a finales de los años 80, ha vivido mucho tiempo (seguramente demasiado) a la sombra básicamente de tres grupos: Sopa de Cabra, Sau y Els Pets. La culminación de este boom fue el recordado concierto que dichas bandas (a las que se añadió Sangtraït) celebraron el 14 de junio de 1991 en el Palau Sant Jordi de Barcelona ante 22.104 espectadores (uno de los cuales fui yo, por cierto), segunda mejor entrada de la historia del recinto barcelonés, sólo superada por las más de 24.000 almas que vieron a Prince dos años después, y no igualada por artistas del calibre de Dire Straits, U2, Metallica o Bruce Springsteen. Ahí es nada.
Pero como todo lo que sube baja, a partir de ahí se produjo un estancamiento y una falta de renovación alarmantes. Al cabo de casi dos décadas, y a pesar de honrosas excepciones como por ejemplo Adrià Puntí (tanto en solitario como con Umpah-Pah), el panorama musical catalán echaba de menos con urgencia referentes que volvieran a arrastrar a las nuevas generaciones con la misma fuerza y pasión de aquellos primeros exponentes. Valga como ejemplo decir que el intento de revivir una noche similar a la del 91 apenas congregó a 7.000 espectadores el año 2006. El panorama era poco menos que desolador, con una abundante presencia de grupos sin personalidad propia que parecían calcados unos de otros, con sus ritmos rumberos, ska y reggae que hacía que todas las canciones sonaran igual.
Los geniales Antònia Font (que aunque no son catalanes sí cantan en catalán) dieron un primer e importante paso hacia el cambio con su pop agradable de letras surrealistas y galácticas, demostrando que la música cantada en catalán podía superar los esquemas establecidos e ir más allá de lo ya conocido por todos. Y por fin, el año pasado recibimos un soplo de aire fresco tan necesario como gratificante y vivificador: estoy hablando, por supuesto, de Manel.
Este cuarteto barcelonés integrado por Martí Maymó, Arnau Vallvé, Guillem Gisbert y Roger Padilla ha conseguido, con su único disco Els millors professors europeus (“Los mejores profesores europeos”), tener un calendario repleto a rebosar de actuaciones constantes en casi todos los puntos de la geografía catalana e incluso fuera de ella (en el pasado festival Primavera Club de Madrid, por ejemplo). El idioma tampoco ha sido un impedimento para figurar en las listas de discos más vendidos a nivel estatal, algo hasta ahora sólo al alcance de gente consagrada como Joan Manuel Serrat. La revista Rockdelux le concedió el premio al tercer mejor disco español del año 2008.
Sus canciones hablan de historias de amor que se acaban una noche de verbena, de planes de seducción a cinco años vista, de cómo intentamos mantener las apariencias en sociedad, de reflexiones sobre la vida en pareja, de agradables jornadas veraniegas al lado del mar, de la fascinación que nos puede provocar una inesperada dependienta en una tienda cualquiera, etc.; temas conocidos por todos y que se hacen todavía más cercanos gracias a la música, de estilo tradicional, popular, sencilla y muy familiar para todos aquellos que hayamos bailado alguna vez en las fiestas de cualquier pueblo una noche de verano. La gran variedad de instrumentos utilizados, que incluye una sección de viento y un buen número de instrumentos de cuerda (donde destaca poderosamente el ukelele de Gisbert, vital en el sonido del grupo), consigue unas melodías optimistas y pegadizas, pop con aire folk y toques indie que invita a bailar, te levanta el ánimo en momentos de bajón y te hace creer que las cosas pueden mejorar, todo ello aderezado con unas letras elaboradas, cuidadas y directas que reflejan la realidad alejándose de metáforas y sin caer para nada en los tópicos.
La cercanía que transmite Manel en sus temas es más evidente que nunca en sus actuaciones en directo, cuando en la canción Corrandes de la parella estable invitan al público a que suba al escenario a cantar estrofas inventadas por los mismos espontáneos. También es habitual que toquen una genial versión de Common People (Pulp), y otra divertidísima de La tortura (Shakira y Alejandro Sanz).
En resumen, un disco extraordinario, redondo, sin altibajos ni canciones de relleno, al que muchos catalogan ya como el mejor debut en catalán de un grupo pop del que se tiene noticia hasta la fecha. Manel es un grupo llamado a hacer historia, a poco que mantenga la frescura, la creatividad y el talento de este primer trabajo.
Si he conseguido mi objetivo y ya tenéis ganas de escucharlos, os dejo con el video de su tema Dona estrangera, que por cierto consiguió el premio al mejor videoclip del festival Cinemad 2008. La traducción y los subtítulos son gentileza de un servidor. Espero que los disfrutéis tanto como yo.