Al hilo de lo que comentaba el Dr. Series en sus dos artículos anteriores, y en cierta forma complementando lo que él ya ha dicho, no puedo dejar de pronunciarme sobre el tema. A pesar de los cambios comentados por mi compañero, la verdad es que no lo tenemos fácil los seguidores de series para verlas por televisión. Suponiendo que las cadenas respetaran los horarios y los días de emisión (algo que en muchos casos no sucede), para mí seguiría siendo una opción insatisfactoria: primero por las pausas publicitarias (eternas en la mayoría de los casos, sobre todo en las cadenas privadas), y segundo porque estamos sometidos a la voluntad de la cadena. ¿Por qué tengo que mirar dos episodios seguidos de “Perdidos” cada martes a las 10 de la noche, si no me apetece? ¿Qué pasa si ese día prefiero ver uno de “Fringe” y uno de “Dexter”? Lo siento, pero ya hace tiempo que decidí pasar de la tiranía televisiva y apostar por mi libertad y mi estado de ánimo del momento.
Por otra parte, el maltrato que ha dado la televisión de este país a series de calidad como la mencionada “24”, por no hablar de “El ala oeste de la Casa Blanca”, “Doctor en Alaska” y tantas otras con sus intempestivas emisiones de madrugada, para mí debería ser algo denunciable. El prime time lo ocupan programas como “Gran hermano” o “Escenas de matrimonio”, si bien es verdad que luego vemos los índices de audiencia y resulta que ocupan los primeros puestos. Abro paréntesis: ¿de quién es la culpa entonces? ¿Qué haríamos nosotros si fuéramos los encargados de la programación de una cadena televisiva, sabiendo que lo que manda en este mundo son las audiencias? ¿No será que cada país tiene lo que se merece? Cierro paréntesis.
Así pues, los raritos que preferimos mirar series extranjeras en vez de los productos ibéricos tenemos dos opciones: comprarnos los DVD o recurrir a Internet. Si todavía somos más raritos y nos gusta mirar las producciones en versión original subtitulada, con los DVD nos podemos encontrar con más de una sorpresa porque muchas de las ediciones son lamentables: o faltan idiomas, o faltan subtítulos, o sólo se incluye el audio en español latino (como en la reciente edición de la excelente miniserie británica “State of Play”), o mil cosas más.
Como consecuencia de todo lo anterior, en mi opinión la mejor solución es echar mano de las posibilidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías (léase Internet), descargar los capítulos de nuestras series preferidas en el idioma deseado, con sus correspondientes subtítulos si hace falta, y disfrutarlos el día y la hora que mejor nos parezca. Y luego todavía se quejan de que hay piratería…
Buena reflexión, Soprano, y esperemos que la piratería, de la que hay mucho que hablar aunque en esta web no la utilizaremos, haga que se respete al espectador de series