El 30 de abril de 1945 pasó a los libros de historia por presenciar uno de los acontecimientos más interesantes de la Segunda Guerra Mundial: la muerte del dictador Adolf Hitler. Desde días antes, las tropas soviéticas habían bombardeado la ciudad de Berlín, causando numerosas bajas en las milicias del Führer.
¿Sobrevivió Adolf Hitler al búnker? ¿Fue su suicidio un plan perfectamente ejecutado? Incógnitas que durante años parecían desterradas por resultar increíbles, parecen regresar de nuevo a las mesas de debate tras las pruebas de ADN que un equipo de científicos estadounidenses han realizado a los hasta ahora considerados restos del Führer. Fragmentos que permanecían conservados como la prueba más verídica sobre su suicidio y que el profesor Nick Bellantoni ha analizado, ratificando su no correspondencia."El hueso era muy delgado, muy pequeño y sin signos de musculatura". De esta manera, comenzaron a aflorar algunas de las primeras dudas que rodearon al profesor Bellantoni tras la extracción de las muestras de ADN del cráneo y de la sangre conservada en un pequeño diván donde Hitler pudo acabar con su vida. Sospechas que los investigadores tuvieron que estudiar y que, sin embargo, reabrieron los interrogantes sobre la identificación de los fragmentos conservados. "Y puede que sea simplemente una persona que nunca sabremos con certeza, pero Eva Braun es una candidata"
El Führer permaneció durante sus últimos días de vida en su búnker de Berlín
Hitler temía que su cuerpo fuera identificado por las tropas soviéticas. Le asustaba la idea de que sus restos pudieran ser mutilados y exhibidos como ya sucediera con los de su aliado Benito Mussolini. Por ello, decidió dar órdenes a sus militares para que le dejaran suicidarse y que quemaran su cadáver tras su muerte. Pocos días después, algunas fracciones del supuesto cráneo del dictador alemán eran encontradas por el ejército ruso y escondidas durante años en los Archivos del Estado.
Sin embargo, varias décadas después, los restos fueron rescatados del olvido y se convirtieron en una polémica pieza, junto a los cráneos y cerebros de personajes tan célebres como Mozart y Petrarca. Julio Montes, autor de "El coleccionista de cráneos célebres" así lo atestiguaba: "Los cráneos y los cerebros son siempre un trofeo codiciado de las personas".
Hitler en Argentina
El hallazgo confirmado por el profesor Nick Bellantoni deja varias puertas abiertas para la conspiración. Durante años, investigadores de todo el mundo han declarado que el suicidio del Führer pudo ser una compleja maniobra del máximo mandatario alemán para poder escapar. De esta manera, Hitler habría abandonado a tiempo su búnker y se habría ocultado en un lugar lejano situado en Argentina, concretamente en Bariloche. Una ciudad que tras el final de la guerra sirvió como refugio para muchos nazis, tal y como nos informaba el periodista Abel Basti.