Después del bofetón de la semana pasada, cuando estábamos a punto de perder la fe en una de las mejores series que la televisión ha parido, Sherlock volvía con The Lying Detective, uno de los mejores episodios que han dado las 4 temporadas de la BBC.
Incluso el fiasco de la pasada semana podría resultar necesario para entender esta oscura aventura en la que las drogas, por fin hacen mella en la rutina de nuestro detective, aturdiéndonos para no diferenciar qué es falso y qué no.
Amén de la señora Hudson, quien con su turbulento pasado continúa haciéndonos las delicias de la noche, de tal manera, que por momentos parece que tanto Cumberbatch como Freeman disfruten del espectáculo ofrecido por Una Stubbs.
Sherlock se zambulle en el morbo para dar ofrecer un espectáculo poco habitual que por otra parte, hace crecer la serie y los guiones hasta un punto tan potente, que da miedo pensar en el espectáculo del capítulo final de la semana que viene.
Un apena que el pasado episodio no estuviera a la altura. Son muchos meses los que pasamos esperando una nueva temporada para que luego de tres únicos episodios, uno sea tan mediocre.
Crucemos los dedos, pero todo apunta a un gran final.