No vamos a negar que la segunda parte de Annabelle sube un poco su listón. Pero hay que tener en cuenta que, con el despropósito que era aquella primera, no suponía un reto excesivamente difícil superarse.
Aquí Sandberg intenta recuperar el punto de partida que hacía grandes a aquellas dos obras maestras del cine de terror actual que son la sala de Expediente Warren. El problema es que vuelve a fallar en el intento, pues por muy bien elaborados y cuidados que estén un par de sustos (el uso de la luz y que esta esté presente en los momentos más terroríficos del film, es digno de elogio), los personajes y la resolución de un guión bastante flojo, suspende estrepitosamente al chocar contra el muro de lo previsible.
Aún así, 'Annabelle: Creation' está concebida como una precuela que intenta explicar el origen del muñecajo, el cual por momentos recuerda a Chucky en cualquiera de sus partes, pero sin dar el pavor de aquel Muñeco Diabólico.
El nuevo spin-off naufraga estrepitosamente. Quizá lo mejor sería volver a juntar a los Warren y acojonarnos como sólo James Wan sabe hacer.