Si normalmente las producciones de Netflix son carne de cañón para la crítica fácil y el desmembramiento generalizado de la prensa más exquisita, 'The Outsider' no podía ser para menos y, en este caso, la saña ha invadido al usuario y crítico uniéndolos en una cruzada más allá de la vida y la muerte.
Ante tales atrocidades cometidas por Zandvliet, uno tiene miedo auténtico de acercarse tan siquiera a la plataforma por no contagiarse del mal gusto. Pero, aún así, sus exquisitos carteles, su interesante trailer y -naturalmente- la presencia de Jared Leto, terminan convenciendo al que suscribe, ya consciente del virus mundial que hace odiar cualquier cosa al público “más exigente”.
Y como siempre, Netflix se lleva la palma.
'The Outsider' es una buena peli. Un film entretenido, absurdamente comparado con 'El último Samurai', más allá de que ambas estén protagonizadas por hombres blancos, en este caso dentro de una vorágine tan sectaria como el mundo samurái o yakuza.
Plantearse cualquier otra forma de visionado que no sea el mero entretenimiento, sería pecar de esnobismo. Y es que ni el ritmo lento del que tanto se quejan algunos, o el hecho del hombre blanco jurando lealtad al japonés, son tan dolorosos a la hora de enfrentarse a un film tan disfrutable como respetuoso con el cine yakuza de hace 20 años.
La escasa acción -que cuando hace acto de presencia viene casi siempre acompañada de violencia-, los silencios que hablan por sí solos y las interpretaciones de Leto o el grandísimo Tadanobu Asano, son suficientes razones para hacer de 'The Outsider' un film realmente disfrutable y muy por encima de la media actual.