Hace cuatro años recibía un mazazo en la cabeza de la mano de J.C. Chandor y su carta de presentación. Margin Call, era un film acerca de la crisis financiera del 2008.
Thriller que aún sin ser un tratado sobre la violencia, llegaba a poner los pelos de punta al contemplar la lucha por la supervivencia y la decadencia moral del ser humano al tomar decisiones en beneficio propio desencadenando un desastre en la vida de terceros.
El Año más Violento parte de un episodio real como fue el vivido en Nueva York en el año 81.
Oscar Isaac y Jessica Chastain intentan sacar adelante un negocio de combustible en un ambiente en el que nuestro protagonista cree que es posible hacer las cosas de manera recta y justa, pero su entorno está poblado de una decadente y oscura moral en la que su mujer parece no sentirse demasiado fuera de lugar.
Es la inevitable lucha entre hacer lo correcto o no. Un dilema moral que vuelve a plantear J.C. Chandor con una absoluta frialdad, ingrediente indispensable para conseguir que el espectador no se sienta cómodo en ningún momento en medio de un entorno salvaje.
¿Es posible ni siquiera intentar ser honrado en medio del absoluto caos? Nuestro protagonista lo intenta incluso rodeado de un sociedad que respira violencia en sus calles. Individuos capaces de pasar por encima de otro cueste lo que cueste, al precio que sea. Todo vale para llegar a nuestro objetivo, para triunfar en nuestro empeño.
El Año más Salvaje es un drama inmensamente maléfico y enrevesado que, cuando has terminado de ver, te hace preguntarte si realmente el mundo ha perdido todos sus valores y humanidad. Algo así como una película de terror, pero mucho peor, porque sabes que es real.