Mucha expectación levantaba Jurassic World meses antes de su estreno. Muchas opiniones ha generado después.
Había llegado a leer incluso que la cuarta entrega de los dinosaurios era, para la saga, lo que "Mad Max: Fury Road" había sido para la suya...
Mucho me temo que quien escribiera tal barbaridad estaba completamente confundido, pues donde el film australiano reinventaba el género, este parece seguir la misma senda transitada por las anteriores aunque sin el mismo resultado.
Cierto es que esta nueva aventura es bastante mejor que las dos anteriores, pero tampoco es meritorio pues la tercera era ya un bodrio de importante magnitud y la segunda… pues bueno, un poco más de lo mismo.
Spielberg lanzaba hace 22 años un entretenimiento maravilloso basado en la novela de Michael Crichton que estremecía a medio mundo y se convertía en un clásico inmediato.
Cuatro años después Steven intentaba repetir el éxito de aquella pero sin inspiración alguna, dejando el listón bastante bajo para cualquier nueva secuela.
Y claro, llegaba esa tercera parte que ha resultado ser sin duda, la peor de la saga con diferencia. Un film que reunía todos los ingredientes de película de después de comer. Más bien un telefilme basura que llegó a estar nominado a los Premio Razzie.
Después de 14 años, Jurassic World ha cogido el toro por los cuernos y ha recuperado la grandeza de aquella maravillosa primera parte, pero a fuerza de dotarla de bichos más grandes, más bestias, más rápidos, más, más y más. Esta es la sensación que queda después de ver la cuarta entrega.
¿Es mala? No, pero entre tanto fuego de artificio su guión se desvanece a favor de la acción y si por un solo segundo paramos a pensar en qué nos está contando, nos daríamos cuenta de que está más vacía que una lata de tomate.
No nos equivoquemos, realmente es una película increíblemente realizada y entretenida, y Colin Trevorrow resucita el espíritu que aquella primera parte, pero quitando de la melanco que esto pueda producir en los espectadores que una vez vibraron con Jurassic Park, no encontrarán ni un ápice de originalidad en esta historia.
Cumple con creces, pero poco más.