Si Marvel nos sigue dando un "Hamlet" y un "Mel Brooks" intercaladamente, bienvenidas serán.
Naturalmente es una cuestión de gusto, pero lo cierto es que algunos de los que disfrutamos de Marvel con todas sus virtudes y defectos, somos de la escuela que parte de lo divertido, que refresca y da luz a las sagas. Mucho más que de las aportaciones serias, frías y comercialmente calculadas, como 'Vengadores: Infinity War'.
Ojo, nadie dice que sea una mala película, al contrario: en dos meses ha terminado siendo un film de autor con capital de superproducción. Pero, nos guste o no, pecaba de épica mal entendida.
Ant-Man, Capitán América: Civil War, Guardianes de la Galaxia o Thor Ragnarok son la ramificación divertida de la gran empresa de entretenimiento.
Así Ant-Man y la Avispa cumple su cometido con ese tufo tan extraordinario de film noir y "serie B" de las primeras producciones de Marvel, cuando todo era mucho más divertido y no tan oscuro.
La elección y prueba de Paul Rudd para el personaje principal es extraordinaria, pues su carisma para la comedia vuelve a brillar por encima del resto del elenco. El entretenimiento y la diversión por encima de todo, sin descuidar la acción ni perder la columna vertebral de la historia principal de Marvel.