Con el cachondeíto que se han traído Gyllenhaal y Reynolds durante la promo de la película, uno piensa que quizá 'Life' es uno de esos films en la línea de la trilogía de Ocean’s.
Es decir: un pleno lucimiento para sus protagonistas en el que el guión y, en definitiva, la película, juegan un papel poco importante en ella.
Y no voy mal encaminado, pues por mucho que Life intente tomarse a sí misma en serio, su impune manera de copiar 'Alien' y de querer jugar en la liga de las
Series B/Blockbuster, esto último quizá lo mejor del film en su recta final, no deja de ser un producto mediocre a conciencia. Pero para eso ya teníamos 'Sunshine' de Boyle, infinitamente mejor y con un personaje interpretado por Chris Evans muy parecido al de Reynolds hasta en su desenlace.
Mucho menos ayuda el hecho de que Horoyuki Sanada aparezca en ambos films.
Todo esto no quiere decir que Life sea un desastre: es más, para recorrer un camino tan manido, es capaz de mantener al espectador pegado a la butaca y lo que es mejor, le retuerce en ella.
Espinosa ha sabido rodar un film por momentos terrorífico, por momentos estúpido y, ante todo, pulp. Y si a eso le añadimos su escasa hora y media de duración, el resumen es que Life es una gamberrada gustosa de ver y si alguien como Gyllenhall se presta a ello, mi confianza en el resultado final es ciega.