No hace falta darle muchas vuelta a como sería una película sobre el Rey Arturo y Excalibur si Guy Ritchie se hiciera con los mandos. Sería algo así como Sherlock Holmes o como cualquier personaje literario al que decidiera llevar a la pantalla.
El inglés sigue fiel a su pulso narrativo y a la forma de rodar, sello indispensable de la casa que cada vez exige menos al guión, pero es señal inequívoca de entretenimiento puro y duro.
'Rey Arturo: La Leyenda de Excalibur' es justo lo que esperas ver: un refrito de Juego de Tronos, El Señor de los Anillos y Snatch. Eso si, con los diálogos costumbristas de Ritchie en un marco que cualquier realizador habría utilizado de manera más costumbrista.
Y precisamente detalles como estos son lo que demuestran que el director sigue en plena forma... en lo suyo: las batallas dialécticas.
Desde luego habrá detractores de Ritchie que verán como un sacrilegio esta nueva revisión de la espada empedrada, pero los defensores de este tipo de cine, aplaudimos al nuevo Arturo pandillero y creado entre prostitutas al que da vida el bueno de Hunnam, dando rienda suelta a su maravilloso acento inglés.
Por mi, Ritchie podía coger todos los clásicos de la historia del cine, y reconvertirlos en películas callejeras de la peor calaña. Esto es lo que siempre busqué en las malditas revisiones.