A veces uno puede pensar que la asociación de Disney con Pixar ha sido perjudicial para Pixar, pero por otro lado, Disney parece haber salido ganando. Es decir, cada nuevo guión parece ser más complejo y más trabajado, aparte de su mejoradísima animación.
En el caso de Zootrópolis, la productora parece dar en la diana con esta historia de animales envueltos en una perfecta metáfora de la metrópoli actual y el individualismo de la ciudadanía.
Las cosas se pueden cambiar, pero ese cambio empieza por uno mismo. Si cambias tu mundo, es posible que cambie lo que te rodea y convertir este pozo en un lugar mejor.
Naturalmente los mensajes de Disney siempre son positivos, pero llama la atención el hecho de que hoy por hoy, aún alguien como yo pueda pensar durante hora y media que podemos mejorar como personas. Gran proeza.
Zootrópolis está llena de personajes maravillosos, algunos entrañables como nuestros protagonistas y otros absolutamente delirantes como los mafiosos, o los perezosos. Todos ellos colaboran en un film de inmensa calidad y cierto contenido político que ensalza la integración social y los abusos de poder.
Una pequeña obra maestra.