la insoportable levedad... (Photo: pedrugo)
Hace ya unos 6 años que leí esta novela y me encantó. Tanto fue así, que decidí volver a leerla. Me gustó más hace 6 años seguramente porque, por poner un para de ejemplos, todavía no tenía decidido si la vida tenía valor, ó bien si sentimientos tales como los celos eran derivados de esto, de lo otro o de lo de más allá. Ni siquiera me lo había planteado quizás. Era, lamentablemente, demasiado joven para entender ciertos temas.
Ahora, sin embargo, parece que esté leyendo otra novela. Es igualmente interesante mirar hacia atrás y pensar en lo que uno ha vivido y por lo que ha pasado, hechos que le han modificado el punto de vista sobre unas cuestiones u otras y, sobretodo, que le han hecho adquirir opinión sobre tales cuestiones. Que me gustase más seguramente tiene más que ver con el factor descubrimiento que con el factor desencanto. Es un muy buen libro de lectura, yo diría, casi obligatoria. Necesaria, es imperativamente necesaria para todos y para la construcción de nuestra individualidad fundamentándola en base a la reflexión.
Es una historia de amor entre dos personas, Tomás y Teresa, y los triángulos amorosos que de ésta se derivan. En consecuencia, aparecen temas tales que la infidelidad (¿Qué es realmente y qué la motiva?), los celos (¿Dónde, cómo y por qué se generan?), la propia vida (¿Tiene o no tiene valor la vida?), ¿Quiénes somos? (Si nuestros cuerpos desnudos son todos iguales, si no hay nada que deba ser tapado porque está todo visto, ¿Qué es lo que nos diferencia del resto de los humanos?, ¿Cuáles son nuestras peculiaridades?), ¿Existe el alma?, ¿Existe el amor?, ¿Qué es el amor?, ¿estamos destinados a engañarnos y a engañar?, ¿Es posible ser uno mismo con la existencia de un público que son los demás?
Sinceramente, es un libro que plantea inumerables interrogantes y que desentierra cuestiones que, a veces, por culpa de la rutina, hemos evitado. Se detiene en la contemplación de uno mismo tanto en el sentido literal como en el figurado y analiza lo que los personajes están sintiendo y el por qué. Bucea en los traumas de la infancia y en la educación que cada uno recibe. El por qué del título es excelente pero no quiero desvelar mi opinión al respecto. Me gustaría que lo hicieráis vosotros mismos porque es realmente excepcional, y la experiencia que se vive tratando de desembrollar la razón por la que el libro tiene este título es totalmente recomendable, "gratis" y sin salir de casa.
No trata de dar respuesta a las grandes preguntas del ser humano sino que su labor es la de plantearlas:
"Y es que las preguntas verdaderamente serias son aquellas que pueden ser formuladas hasta por un niño. Sólo las preguntas más ingenuas son verdaderamente serias. Son preguntas que no tienen respuesta. Una pregunta que no tiene respuesta es una barrera que no puede atravesarse. Dicho de otro modo: precisamente las preguntas que no tienen respuesta son las que determinan las posibilidades del ser humano, son las que trazan las fronteras de la existencia del hombre"
"[...] vivir en la verdad, no mentirse a sí mismo, ni mentir a los demás, sólo es posible en el supuesto de que vivamos sin público. En cuanto hay alguien que observe nuestra actuación, nos adaptamos, queriendo o sin querer, a los ojos que nos miran y ya nada de lo que hacemos es verdad. Tener público, pensar en el público, eso es vivir en la mentira."
"Por el contrario, Franz está seguro de que la división de la vida en una esfera privada y otra pública es la fuente de toda mentira: el hombre es de una manera en su intimidad y de otra en público. "Vivir en la verdad" significa para él suprimir la barrera entre lo privado y lo público"
Como se puede ver, Kundera comunica sus dudas y sus reflexiones a través de sus personajes. Creo que cada uno representa un "yo" del autor. Eso me lleva a pensar ¿quiénes somos realmente? ¿Somos los cínicos y fatalista que no admiten que haya nada de cierto en nosotros mismos y que lo único que hacemos es mentirnos y mentir a los demás? ¿Somos los que prefieren aceptar que es posible ser uno mismo? ¿Quiénes somos y por qué somos como somos? Quizás el libro de Punset, "Por qué somos como somos", pueda aclarárnoslo.
Kundera da su opinión a través de la visión de sus personajes. Como narrador se permite ciertas licencias que nos recuerdan que las escenas las está viendo alguien, ya que el libro es tan absorbente que no parece que exista narrador alguno. En efecto, tiene la voz en off y pasa desapercibido pero, de vez en cuando, se pone en la línea de fuego y se acerca amigablemente al lector. Ese toque me parece genial, ya que de alguna manera está incitando al lector a que piense con él. Nos exhorta a compartir nuestros pensamientos con él. Nos invita a que paremos, a que hagamos un alto en el camino y que pensemos nosotros mismos sobre nosotros mismos y sobre cuáles son nuestras posturas, nuestras opiniones.
Por otra parte, como iba diciendo, no comparto algunos de sus puntos de vista:
"El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive sólo una vida y no tiene modo de compararla con sus vías precedentes ni de enmendarla en sus vidas posteriores. [...] El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación. [...] ¿qué valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es la vida misma? Por eso la vida parece un boceto."
Yo discrepo de su visión ya que, PRECISAMENTE por ser la primera y la última, uno va encontrándose poco a poco y esa es la gracia, si es que se le puede llamar así, de la vida. Si ya lo supiéramos todo, me parecería igual de absurdo vivir que ahora, pero con el añadido de que ya no habría nada por descubrir. ¿Qué gracia puede tener eso? Y otra cosa, el valor de la vida es precisamente que sólo hay una y porque sólo hay una oportunidad de acción, por ser finita, se le da valor. Cada momento es irrecuperable y una vez pasa, ya no vuelve.
El autor hace una clasificación de los hombres muy interesante y que nunca se me hubiera ocurrido, quizás porque no me detengo a pensar en clasificación alguna, no me interesa el tema en sí pero es realmente fabulosa:
"Entre los hombres que van tras muchas mujeres podemos distinguir fácilmente dos categorías. Unos buscan en todas las mujeres su propio sueño, subjetivo y siempre igual, sobre la mujer. Los segundos son impulsados por el deseo de apoderarse de la infinita variedad del mundo objetivo de la mujer.
La obsesión de los primeros es lírica: se buscan a sí mismos en las mujeres, buscan su ideal y se ven repetidamente desengañados porque un ideal es, como sabemos, aquello que nunca puede encontrarse. El desengaño que los lleva de una mujer a otra le brinda a su inconstancia cierta disculpa romántica, de modo que muchas mujeres sentimentales pueden sentirse conmovidas por su terca poligamia.
La segunda obsesión es épica y las mujeres no ven en ella nada conmovedor: el hombre no proyecta sobre las mujeres un ideal subjetivo; por eso todo le resulta interesante y nada puede desengañarlo. Y es precisamente esa incapacidad para el desengaño la que contiene algo de escandaloso. La obsesión del mujeriego épico le produce a la gente la impresión de que no se ha pagado nada a cambio de ella (no se ha pagado con el desengaño)."
"Los mujeriegos épicos se alejan cada vez más, en su búsqueda del conocimiento, de la belleza femenina convencional, de la que se han hartado rápidamente, y terminan indefectiblemente como coleccionistas de curiosidades."
Me parece una clasificación, tanto si es certera como si no lo es, original y profunda. A ver si alguna feminista la lee aunque las feministas no suelen leer este tipo de libros, se decantan más hacia la autoayuda ¿Cómo permanecer fiel a tus principios? ¿Cómo hacerse respetar siendo mujer en un mundo de hombre? y esas gilipolleces varias.
En cualquiera de los casos, encuentro que es una genialidad porque nunca había leído algo así. Por supuesto que el mujeriego lírico me parece un capullo porque buscarse en alguien es patético y puedo entender quizás mejor al épico. Los une, sin embargo, la búsqueda constante. ¿Es el humano un animal siempre disconforme con lo que tiene que necesita más y más? Búsquedas constantes, ojo con ellas, mucho cuidado con la disconformidad permanente.
Si hay algo que tiene el libro es una alta dosis de contexto histórico lo cual le da, a mi modo de ver, un valor añadido. Es una historia de amor con ese toque de más. Si la tuviese que comparar a otra historia de amor, lejos de asemejarla a la película que lleva por nombre el título del libro, la compararía con la de "la vida de los otros", de la que tenéis un amplio artículo en esta web. Ambas historias se desarrollan durante la guerra fría y del lado comunista. Aquí, no obstante, conocemos las impresiones de los checos cuando los rusos invadieron el país. Estupendo. Además, recoge lo nunca dicho y denuncia todo aquello que nunca se supo sobre el imperio comunista:
"Todos los anteriores crímenes del imperio ruso tuvieron lugar bajo la cobertura de una discreta sombra. La deportación de medio millón de lituanos, el asesinato de cientos de miles de polacos, la liquidación de los tártaros de Crimea, todo eso quedó en la memoria sin documentos fotográficos y, por tanto, como algo indemostrable, de lo que más tarde o más temprano se afirmará que fue mentira."
Otra de las reflexiones que me ha dejado patidifusa por la certez y contundencia es la siguiente:
"Cuando la sociedad es rica, la gente no tiene que trabajar con las manos y se dedica a la actividad intelectual. Hay cada vez más universidades y cada vez más estudiantes. Los estudiantes, para poder terminar sus carreras, tienen que inventar temas para sus tesinas. Hay una cantidad infinita de temas, porque sobre cualquier cosa se puede hacer un estudio. Los folios de papel escrito se amontonan en archivos, que son más tristes que un cementerio, porque en ellos no entra nadie ni siquiera el día de los difuntos. La cultura sucumbe bajo el volumen de la producción, la avalancha de letras, la locura de la cantidad. Por ese motivo te digo que un libro prohibido en tu país significa infinitamente más que los millones de palabras que vomitan nuestras universidades."
Me quito el sombrero ante tal afirmación, a ver si alguno de mis iluminados profesores o algun recto(r) lee el libro y se da cuenta de que estamos haciendo el gilipollas. Yo no me puedo graduar porque no tengo la mierda de la tesina hecha y eso no significa que no sepa de qué estoy hablando. Pero, de nuevo y como en muchas ocasiones, CON EL SISTEMA HEMOS TOPADO y no habrá nada que haga cambiar eso. Si ya era así en los años sesenta y sigue de este modo, ya no lo haremos cambiar. Propongo que nos sublevemos, no contra Bolonia sino contra el sistema educativo o contra el sistema en global.
Más allá de la carga política que pueda tener el libro, hay una pequeña joya oculta entre sus líneas. Cuando una pareja está unida, unida de verdad y no estar por estar, se nota la complicidad porque hablan un idioma que si no perteneces a ese mundo no puedes entender. Es el mundo privado de ellos dos. Siempre le he llamado la semántica, o el idioma de la pareja. Leyendo "la insoportable levedad del ser" descubro lo siguiente y me lo quedo ya para toda la vida:
"él escuchaba con avidez la historia de su vida y ella lo escuchaba a él con la misma avidez. Comprendían con precisión el significado lógico de las palabras que se decían, pero no oían en cambio el murmullo del río semántico que fluía por aquellas palabras."
EL MURMULLO DEL RÍO SEMANTICO... precioso y adjudicado.
¡Que lo disfrutéis!
Ciao