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"Cuando un verdadero genio aparece en el mundo, lo reconoceréis por este signo: todos los necios se conjuran contra él" (Jonathan Swift)
Segundo paso: me dedico, seguidamente, a descubrir quién fue el autor de semejante obra.Y esto es lo que me encuentro:
John Kennedy Toole se suicidó, a los 32 años, tras intentar por todos los medios posibles aunque en vano que publicasen su novela. Ello fue lo que le indujo a acabar con su vida (o eso cuentan) pues le sumió en una profunda depresión cuya salida fue el trágico incidente. “Fue víctima de su propia circunstancia y de la estupidez de los demás” .
Entre paréntesis, lo que mi mente pensó de inmediato: (en este mundo si no tienes un nombre o un enchufe ya puedes escribir deliciosamente que nadie te publicará nada. Es lamentable pero es así)
Gracias a la insistencia de su madre, el libro fue, al fin, publicado y galardonado con el premio Pulitzer (en vida no vales una mierda pero cuando te mueres, y más si te suicidas y quedas como mártir, entonces tú estás jodido pero eres el amo y los tuyos se hacen de oro. Mierda de sociedad, basta con que alguien ponga de moda algo para que todos sigamos y asintamos llenándonos la boca de mierda diciendo: “sí, este autor es de lo mejor, es un clásico”)
Tras saber un poco del autor, la verdad, no mucho, pero suficiente para saber que todos le dieron la espalda en un momento determinado, ya constituye razón suficiente como para leer la contraportada del libro.
Leo salteadamente: “crítica social; comedia amarga, ácida, inteligente; sarcasmo, sátira, irónico; etc”
Suficiente. Me dispongo a leerlo sin aguardar un segundo más. Me sumerjo en la historia que me encandila desde la primera línea donde ya aparece el protagonista: Ignatius J. Reilly, un personaje desagradable en un primer momento pero que en seguida va creando un cariño especial por ser como es, melodramático, grandilocuente, habilidoso en el uso de la palabra, maestro en la tergiversación de los hechos, entregado a una lucha sin remedio, comediante y liante de mucho cuidado, allí por dónde pasa le recuerdan todos por la radical honestidad con la que dice y hace las cosas…
Es sobretodo una crítica de la decadente sociedad, de la pérdida de valores, del meterse siempre en la vida de los demás, es decir de alimentarse de vidas ajenas más allá de la propia, de la increíble, pero cierta estupidez de ciertas partes sociales, de que “a todos los tontos se les aparece la virgen”, la injusticia, y muchos más etcéteras que dejo que descubráis.
Hasta aquí llega mi recomendación… os dejo con un pasaje del libro para ver si se os abre el apetito…
La señora Reilly (su madre) aporreó la puerta.
- No sé lo que te pasa madre pero sospecho que sufres un trastorno temporal. Ahora que lo pienso, me da demasiado miedo, no puedo abrirte la puerta. Puedes tener un cuchillo en la mano o una botella rota.
- Abre la puerta, Ignatius.
- ¡Ay, la válvula, que se me cierra!- croó sonoramente Ignatius- ¿Ya estás satisfecha, ahora que me has destrozado para el resto del día?
La señora Reilly se lanzó contra la madera sin pintar.
- Bueno, no rompas la puerta- dijo él por fin y, unos instantes después se abrió el pestillo.
- ¿Qué es toda esta basura que hay por el suelo, Ignatius?
- Eso que ves es mi visión del mundo. Aún tengo que estructurarlo en un conjunto, así que mirra bien dónde pisas.
- Todas las persianas cerradas. ¡Ignatius! Aún hay luz fuera.
- Mi yo no carece de elementos proustianos- dijo Ignatius desde la cama, a la que había vuelto rápidamente-. Oh, mi estómago.
- Aquí huele a demonios.
- Bueno, ¿Qué esperas? El cuerpo humano, cuando está confinado, emite ciertos aromas que tendemos a olvidar en esta época de desodorantes y otras perversiones. A mí, en realidad, el ambiente de esta habitación me resulta bastante confortante. Schiller, para escribir, necesitaba en su mesa el aroma de manzanas podridas. Yo también tengo mis necesidades. Has de recordar que Mark Twain prefería la posición supina en la cama cuando componía esos abortos aburridos y trasnochados que los eruditos contemporáneos intentan demostrar que son importantes (me permito una carcajada aquí). La veneración que se rinde a Mark Twain es una de las raíces de nuestro estancamiento intelectual.
- Si hubiera sabido que esto estaba así, hace mucho tiempo que habría entrado.
- No sé por qué estás aquí ahora, en realidad, ni por qué sientes esta súbita necesidad de invadir mi santuario. Dudo que vuelva a ser el mismo después del trauma de esta intrusión de un espíritu extraño.
- He venido a hablar contigo, hijo. Saca la cara de entre esas almohadas.
- Debe ser la influencia de ese ridículo representante de la ley. Parece que te ha vuelto contra tu propio hijo. Por cierto, se ha ido ya, ¿no?
- Sí, y me disculpé por tu actuación.
- Madre, estás pisando los papeles. ¿Tendrías la bondad de desplazarte un poco? ¿No te basta con haberme destrozado la digestión, también quieres destruir los frutos de mi cerebro?
- Bueno, ¿Dónde quieres que me ponga, Ignatius? ¿Quieres que me meta en la cama contigo?- preguntó furiosa la señora Reilly.
- ¡Mira dónde pisas, por favor!- atronó Ignatius- Dios Santo, nunca existió nadie tan total y literalmente acosado y asediado. ¿Qué es lo que te ha impulsado a entrar aquí en este estado de locura absoluta? ¿No será ese olor a moscatel barato que asalta mis órganos olfativos?
- He tomado una decisión. Tienes que salir y buscarte un trabajo.
Oh, ¿qué broma pesada estaba gastando Fortuna ahora? ¿Detención, accidente, trabajo? ¿Dónde acabaría aquel ciclo aterrador?
- Comprendo- dijo pausadamente Ignatius- Sabiendo como sé que eres congénitamente incapaz de llegar a una decisión de esta importancia, supongo que ese policía subnormal es quien te ha metido esa idea en la cabeza.
La verdad es que siempre he querido leer este libro como le sucede a Trajano, pero son tantas las cosas que quiero leer, visionar, analizar o escribir... buuuffff.
Pero este es sin duda mi nuevo proyecto y reto.
El fragmento que has seleccionada me resulta extrañamente familiar (¿por qué será? jjejejje).
Gracias Lara por la recomendación, aguardo expecatnte tu nuevo artículo.