Recuperamos a Gustavo Adolfo Bécquer en esta sección inspirada en sus rimas, con un nuevo encadenamiento de lo más romántico, donde el poeta nos transmite los sentimientos que genera la etapa del enamoramiento. Habla de como se siente y define a la mujer que le tiene ciego de amor; lo hace a través de temas que son fuente de inspiración de muchas de sus rimas, como los ojos o la poesía que hemos visto en otras ocasiones.
Image by Raïssa Bandou via Flickr
RIMA XVII
Hoy la tierra y los cielos me sonríen;
hoy llega al fondo de mi alma el sol;
hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado...
¡hoy creo en Dios!
RIMA X
Los invisibles átomos del aire
en derredor palpitan y se inflaman
el cielo se deshace en rayos de oro
la tierra se estremece alborozada.
Oigo flotando en olas de armonías
rumor de besos y batir de alas;
mis párpados se cierran...¿Qué sucede?
¡Es el amor que pasa!
RIMA XXXIV
Cruza callada, y son sus movimientos
silenciosa armonía:
suenan sus pasos y al sonar recuerdan
del himno alado la cadencia rítmica.
Los ojos entreabre, aquellos ojos
tan claros como el día,
y la tierra y el cielo, cuanto abarcan,
arden con nueva luz en sus pupilas.
Ríe, y su carcajada tiene notas
del agua fugitiva;
llora, y es cada lágrima un poema
de ternura infinita.
Ella tiene la luz, tiene el perfume,
el color y la línea,
la forma, engendradora de deseos,
la expresión, fuente eterna de poesía.
¿Qué es estúpida? ¡Bah! Mientras callando
guarde oscuro el enigma,
siempre valdrá lo que yo creo que calla
más que lo que cualquiera otra me diga.
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