Image by Royale_With_Cheese via Flickr
Seguimos encadenando rimas del poeta Ramón de Campoamor y lo hacemos a través de su colección de doloras. Las que hoy he escogido reflejan todas ellas dos momentos contrapuestos en el avance de una relación y encadenando con aquello de "nada hay verdad ni mentira: todo es según el color del cristal con que se mira", diría yo que reflejan bien como el color del cristal cambia con el tiempo.
LXXX Los dos miedos |
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Al comenzar la noche de aquel día, ella, lejos de mí, -¿Por qué te acercas tanto? -me decía; -¡Tengo miedo de ti!- |
Y después que la noche hubo pasado, dijo, cerca de mí: -¿Por qué te alejas tanto de mi lado? ¡Tengo miedo sin ti!- |
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XCIII ¡Así! |
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I -Mira hacia allá. Tu eléctrica mirada ¿por qué se clava con ardor en mí? ¡Es mi pecho un volcán! ¡muero abrasada! ¡No me mires así!- |
II -Mira hacia acá. Tus ojos inconstantes ya no se clavan con ardor en mí; si he de vivir, mírame así...como antes... Fíjate bien: ¡así!-
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CXXIX Rosas y fresas |
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I Porque lleno de amor te mandé un día una rosa entre fresas, Juana mía, tu boca, con que a todos embelesas, besó la rosa sin comer las fresas. |
II Al mes de tu pasión, una mañana te envié otra rosa entre las fresas, Juana; mas tu boca, con ansia, y no amorosa, comió las fresas sin besar la rosa. |
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XCVIII Lo de siempre |
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I Un galán la adoraba, y ella reía, mientras él lloraba. |
II Después de cierto día, mientras ella lloraba, él se reía. |
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