En la mezcla está la gracia
Los últimos tiempos en Barcelona han hecho cambiar la forma de pensar de la población. La inmigración masiva de los últimos años ha convertido, paulatinamente, a Barcelona en una de las ciudades con más diversidad cultural. Y quizá eso forma parte del encanto de la ciudad. Los que queremos, tenemos la posibilidad de charlar con gente muy diversa y variopinta.
A modo de ejemplo, mi comunidad vecinal se había convertido en un cóctel molotov entre culturas tan diversas como la rusa, la china, marroquí, pakistaní, peruana… eso sin mencionar la raza gitana, que acoge en un mismo piso siete niños de diferentes edades. Y entre tanta diversidad… vivía yo.
Aquella semana habíamos asistido con mi amiga Ce a una de las tres cenas anuales en que solemos reunirnos todos los amigos. Aquel año, solos éramos tres los solteros que asistíamos. Ce, Ed y yo. Eso no hubiera sido de especial interés si no fuera porque en la mesa larga en la que nos hallábamos, cada persona se sentó con su pareja delante y nosotros tres no supimos a quien dejar sin compañero de viaje. Sentados en una esquina, comentamos la jugada:
-Míralos. Uno delante del otro… ¡qué monos! Joder, parece que tenemos la peste… - dijo Ed.
Analizando las parejas que se habían hecho oficiales desde el año anterior, nos dimos cuenta que había un tanto por ciento importante que se elevaba hacía las mezclas culturales. Quizá empezaba a ser la próxima tendencia.
Si los solteros actuales, en algún momento, llegábamos a tener pareja, las posibilidades eran elevadas que fueran con inmigrantes. ¿Son entonces los inmigrantes los futuros candidatos? ¿Acaso es eso lo que ha ampliado nuestra confianza en ellos?
Con la diversidad instalada en comercios, viviendas, escuelas, en la noche y con la creencia firme que la multiculturalidad es la base de una cultura sana, los jóvenes barceloneses acceden a mantener relaciones sentimentales o sexuales con inmigrantes, sean o no esporádicas, aunque a veces con cierto recelo. Lo cierto es que se empiezan a calificar el nivel sexual de cada cultura con frases como…
Me acosté con un chino una vez, su miembro era pequeñísimo. Fue un desastre.
Lo mejor que puedes probar son los sudamericanos. Son ardientes y no tienen ningún tipo de tabú. Será un hecho cultural. Brasileros, cubanos, argentinos…
En cualquier caso, la desconfianza con otras culturas empezaba a desaparecer entre los jóvenes.
Reflexionando sobre lo acontecido en aquellos meses me he di cuenta de que el tanto por ciento de inmigrantes varones conocidos en una noche era bastante elevado. Chilenos, argentinos, cubanos, mejicanos, la mayoría sudamericanos, aunque también marroquíes, indios, incluso rusos. Ya no era por el ambiente donde te movías. Fueras donde fueras, estaban allí. Así que eran una posibilidad. Y no era que no lo quisiéramos pero, realmente… ¿alguna de nosotros lo habíamos contemplado como una posibilidad certera? ¿Son los inmigrantes el nuevo mercado para las solteras, dado el número escaso de varones libres de nuestra generación?
Mi amiga Ce y yo solíamos frecuentar un antro con una reputación peor que la nuestra. Se llama Splash. Era una discoteca de ambiente juvenil, quizá demasiado juvenil para nuestro gusto. Pero era un lugar donde conocer a gente siempre había sido facilísimo y de vez en cuando se encontraba a alguien interesante, lejos de la vanidad de un físico perfecto.
Aquel viernes encontramos personas de varias culturas. Mientras yo investigaba, Ce conoció a un tipo argentino del que salió acompañada horas más tarde. Mis experiencias sexuales con sudamericanos habían sido simplemente esplendidas así que le recomendé a Ce que se atreviera a probarlo. Y eso hizo, o por lo menos lo intentó…
-¿Cómo te fue anoche con tu guapo argentino?
-Lo de siempre… se quedó dormido porque iba muy bebido.
Al oír a Ce pronunciar estas palabras caigo en algo. Quizás la inmigración haya traído más personal al país y los solteros podemos tener más esperanzas porque la cantidad de personas solteras se ha incrementado. Pero desde luego, hay cosas que nunca cambian. La calidad es difícil de encontrar, aquí y en Lima.
