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En la primera parte de este artículo quedó pendiente la resolución de un conflicto. La supuesta propiedad de un usb de un tipo que parecía dudar de si era o no suyo.
Seguiremos informando, sigue informando. Finalmente devolvimos el usb a su dueño, que evidentemente, no era el que se proclamaba como tal.
Con todo esto, uno se queda libre de culpas. Se siente orgulloso de haber hecho todo lo que tenía que hacer. Esa es la sensación que trasmite haber aportado de alguna manera el bien dentro de un mundo perdido y loco. Te llena una sensación de orgullo. Fantástica y momentaneamente te sientes Dios.
Pero después de este enorgullecerse por esa acción tan humanitaria y tan altruista que hicimos tanto el emisor del mail como yo misma, algo te ha quedado con mal sabor de boca. Relees de nuevo el mail en el que te confirma que al fin ha encontrado a su propietario. De repente, te das cuenta...
Confirmas la teoría de que el ser humano es tonto del culo. No tiene otra salida. ¿Cómo encontró este tipo el contacto de su dueño? A través de un curriculum vitae que tenía dentro del usb. Si yo encontrara un usb lo primero que miraría sería si hay algún curriculum dentro. Tendría bastantes posibilidades de que, si lo había, fuera del propietario del susodicho usb. Pero lo peor de todo no es eso. El tipo no había hecho esa simple busca. Pero yo, aún habiendolo pensado tampoco le dije que lo mirara, pese a saber que el ser humano a veces es corto por naturaleza y acabé enviando 80 mails.
Conclusión del experimento con humanos:
1 persona espavilada.
12 que también son idealistas y te veneran por hacer las cosas bien
4 que son cínicos y se ríen de la buena fe de la gente
12 que son incultos a matar (un us que?)
52 pasotas, pasan de decir ni esta boca es mía...
Y una friqui tonta... que envía 80 mails perdiendo una hora de su vida, creyendo que la buena fe de la gente se puede equiparar a su inteligencia. Lo asumo, error mío.¿Quién es más tonto el tonto o el que sigue al tonto?