Brie Larson se alzaba con el Oscar a la mejor actriz principal el pasado domingo con este film que, si bien es carne de cañón para la ceremonia de estatuillas, no podemos negarle su fuerza visual y lo conmovedor de la historia.
Pero lo que realmente llama la atención de La Habitación, es su increíble poder para transportar al espectador desde un mundo tan sumamente aterrador como el mostrado en su primera hora, para terminar en la lección de amor y vida que es realmente el film.
Y aquí es donde Jacob Tremblay cobra más importancia, pues la ingenuidad con la que está tratada el personaje de Jack es, sin caer en el melodrama, quizá una de las historias más conmovedoras que he visto en mi vida.
La inocencia frente al horror más visceral. Una historia sobre un acto criminal que realmente habla de vida, supervivencia y amor. Un mundo de terror a través de los ojos de un niños y una madre capaz de cargar con una responsabilidad pese a la cruda realidad de las circunstancias.
La Habitación es uno de los films más valientes que se han hecho en mucho tiempo, ya no solo por la temática de su historia, sino por el tono a la hora de narrar unos hechos de características tan estremecedoras.