Durante los veinte minutos que duró la batería de preguntas, Amaral nos hablaron de los arreglos de su último trabajo, pues aún están dándole forma a lo que serán sus nuevas canciones, de momento con títulos provisionales y sin tener muy claro si seguirán por la senda más guitarrera de su anterior trabajo, Hacia lo Salvaje, el cual no era un trabajo más rockero, sino que plasmaba lo que vienen haciendo en directo desde hace varios años, potenciar las guitarras.
Es bonito observar que después de tantos años Eva y Juan siguen llevándose tan bien, pues en ningún momento pararon de bromear entre ellos, incluso cuando les preguntaban sobre su paso por los festivales y su entrada en el circuito indie ellos contestaban que llevan más de quince años dentro de los festivales. ¿O es que nadie se acuerda de su participación en ediciones del Esparrago Rock?
Quizá su nombre sonaba tan poco que nadie se paraba a leer la letra pequeña donde su Amaral aparecía. Eso en el mejor de los casos, pues otras muchas no aparecían en el cartel aunque estuvieran en el festival.
Esta es la segunda vez que la banda toca en el Sonorama y la tercera que Eva Amaral acude a Aranda. El año pasado estuvo entre el público viendo conciertos y descubriendo nuevas bandas.
Sobre el concierto de anoche adelantaban que empezarían en formato acústico ellos dos solos para ir subiendo la temperatura poco a poco entre los asistentes. Algo distinto a lo que hacen otras bandas que despliegan su artillería pesada y fuegos artificiales ya desde el principio del espectáculo.
Las ganas de ver lo que tenían preparado para nosotros se incrementaban.
La semana que viene os contaremos que fue lo que pasó.