FOTOS: ANDREA MEMBRADO
Dani Martín ha agotado "dos Liceu" con ¡¡¡tooodas sus butacas y tooodos sus palcos!!! en el fin de gira de presentación de "La Montaña Rusa."
Algo que ha hecho a lo largo de los 43 bolos por toda la geografía. Una máquina que parece no agotarse tal y como reza esa voz grabada instantes antes de que el madrileño cruce el Liceu desde la mesa de sonido hasta el escenario entonando los primeros acordes de Las Ganas. “la pelea, el día a día, la lucha, caer, levantarse, volver a caer, volver a levantarse…”
Una constante que Dani parece haberse tomado muy en serio.
El rock impregna el show levantando a todos los asistentes, público en su mayoría dominado por quinceañeras gritonas que podían eclipsar las canciones e incluso los momentos más íntimos que el artista compartiría con los presentes.
Algo parecido y más bestia debían sentir The Beatles cuando decidieron dejar de tocar porque no había manera humana de escucharse gracias a un público adolescente y gritón. La eterna historia del Rocknroll.
La Montaña Rusa sonó en su totalidad, dejando espacio con cuenta gotas para algunos temas anteriores y rescatar de El Canto del Loco, Ya Nada Volverá a ser como Antes, Peter Pan, Una foto en Blanco y Negro o incluso Mucho Mejor de Los Rodriguez.
Y es en la presentación de la banda, capitaneada por un estoico Candy Caramelo al bajo, quizá responsable del rumbo más rockero de la banda, donde Dani demuestra qué tipo de músico es a día de hoy, las tablas y lo bien que se le da comunicar con el respetable.
El tiempo ha dejado a Dani Martín en su lugar.