Un año más, un disco más, un concierto más de esta leyenda. Siempre me ha hecho gracia ese rollo de que a Bunbury o le odias o le amas. No hay punto medio.
No soy yo el que vaya a defender el carácter del maño o quien hable de su compromiso con las causas más desfavorecidas. Cada uno mira hacia donde quiere y ve lo que desea. Eso no va a cambiar.
Pero no estaría mal que en algún momento todos estos incrédulos tuvieran la posibilidad de ver a este artista en directo, pues aunque haya altibajos en su discografía, lo cierto es que su trabajo siempre ha sido perfectamente coherente con los tiempos y con el lugar hacia donde Enrique se dirige...
Y sí, yo pertenezco a la parte de fans que siguen su estela en cada nuevo trabajo. Apuesto por su criterio a la hora de elaborar un nuevo disco y de defenderlo sobre el escenario, que es donde al final un músico se la juega, pese a las tablas que pueda tener, como es el caso que nos ocupa.
A las 21:30 en punto, Enrique Bunbury salía al escenario del Sant Jordi Club. Esta vez algo menos lleno que en ocasiones anteriores, todo hay que decirlo, pero por otro lado es algo completamente normal si tenemos en cuenta que la anterior vez que nos visitó con “Licenciado Cantinas”, aún Wert no había ejecutado su plan de destrucción masiva de la cultura.
Tras una circense introducción, Bunbury salía con su chupa de cuero negro y acompañado de Los Santos Inocentes, banda que lleva años tocando con el de Zaragoza y en la que ahora faltaba un miembro vital: El guitarrista Jordi Mena, el cual había tenido que ser operado de urgencia por enfermedad, obligando a la banda a suspender las fechas de Valladolid, Santiago de Compostela, Granada y Sevilla.
“Despierta”, primer single de “Palosanto” abría las casi tres horas de concierto con un público ya entregado desde los primeros acordes para seguir con “El Club de los Imposibles”, riffs de guitarra perfectos para que el respetable no decayera ni por un instante.
Luces, proyecciones, una banda de músicos fuera de lo común, demostraban un año más, que Bunbury sigue siendo el Rey y que había salido al escenario con la única intención de dar al público lo que quería y de demostrar que sigue siendo el mejor.
“Los Inmortales” uno de mis temas favoritos del nuevo trabajo, arrasaba por todo el pabellón de la misma manera que volvía a hacerlo con “Hijo de Cortés”, tema con el que se disculpa con toda Latinoamérica por los genocidios cometidos por el conquistador español.
El concierto iba avanzando de manera sorprendente. De los últimos años, creo que ha sido uno de los mejores Set List elegidos por el artista, pues últimamente se echaban a faltar grandes temas de su discografía que no dudó en incluir hasta sorprendernos con una maravillosa versión cumbia de “Deshacer el Mundo” , tema de Héroes del Silencio que nadie podía imaginar que rescataría.
Actitud rockNroll y temas para defenderlo, pues “El Hombre Delgado Que No Flaqueará Jamás” fue unos de los grandes momentos de la noche al igual que “Los Habitantes”, otro de mis temas favoritos de la discografía de este mañico. Y es que, ¿Cómo se pueden escribir frases como?: No fue la curiosidad lo que me hizo huir con ella, razones personales que algún día contaré.
“Frente a Frente”, y “Sí” daban paso al los clásicos bises para volver a salir al escenario con toda, ahora sí, la artillería pesada.
“Lady Blue” me trasladaba a tiempos mejores para que rápidamente me sacaran de ellos de manera violenta con “Apuesta por el Rock N’ Roll” acompañado por Loquillo. Momento único, sorpresivo e irrepetible.
Y llegábamos a la recta final con “Infinito”, el rock de “Bujías Para el Dolor” o “Sácame de Aquí” para terminar, como no, con “El Viento a Favor”, tema estrella que no estuvo en la gira de “Licenciado Cantinas” y que el público supo agradecer el pasado jueves en Barcelona.
Con un “Gracias catalanes y catalanas”, una reverencia de toda la banda y una ovación por parte del público, Bunbury nos volvía a dejar a todos con la boca abierta un año más. Puro espectáculo.
PD: Por favor, no tardes tanto en volver la próxima vez. Gracias.
