Entiendo que hablar de un grupo como Extremoduro puede ser un tema peliagudo para muchos de nosotros.
Pues el pasado sábado asistíamos a un fenómeno nacional que, radio-fórmulas aparte, pocas veces hemos visto, pues el espectáculo que Extremo lleva en estos momentos es una absoluta delicia para todos los sentidos. Luz y sonido a favor del RockNroll.
Mucho han cambiado las cosas desde la presentación de Material Defectuoso en el Forum de Barcelona. Quizá debido a la protesta generalizada del público o quizá al buen hacer de la organización y la banda, porque esta vez cambiaban los 35000 asistentes por 16000. Eso si, entradas agotadas.
Todo cambiaba. Desde los accesos al recinto, las facilidad para pedir bebida debido al gran número de barras y por supuesto la comodidad de campar a tus anchas en un recinto lleno, pero con espacio.
Todo hay que decirlo. No me gusta el Palau Sant Jordi. Entiendo que hay monstruos que han de tocar en grandes superficies en parte por su espectáculo y en parte por la aglomeración de gente, pero quitando los conciertos al aire libre y los festivales que son otro formato, el rock ha de ser en salas y el contacto con el público constante.
El Palau Sant Jordi carece de todo esto y se convierte en una grande y fría nave industrial...
Sonaba Al Cantar, de Platero y Tú mientras que la banda salía a un escenario lleno de contenedores portuarios que simulaban un muelle y la gente estallaba de euforia para abrir con Extraterrestre. El público ya estaba completamente entregado a su banda favorita.
Para los que no sepan como funcionan los concierto de Robe, explicar rápidamente que tienen una duración de tres horas con media de descanso justo a la mitad de tiempo.
Eso nos sitúa en hora y media incansable y parón de treinta minutos con luces encendidas. ¡Ojo! No es un bis, es un descanso en toda regla como en el teatro y vuelta a empezar otra hora y media más. Nos situamos en tres horas y media dentro de un recinto cerrado…
Aunque imparable y atronadora, esa primera mitad nos escrutaba prácticamente su nuevo trabajo Para Todos los Públicos, algo normal puesto que es el disco que se presenta y nos hacía ver la bomba de relojería que se nos venía encima.
Así sonaban temas como Locura Transitoria, Pequeño Rockandroll Endémico o Entre Interiores, para regalarnos alguna de sus más recientes y apreciadas obras de arte como Dulce Introducción al Caos, perteneciente a esa maravilla de álbum llamado La Ley Innata. Un discazo donde sin perder el sello personal de la banda, Extremoduro consiguió reinventarse hace tan sólo seis años, algo que no han vuelto a conseguir en sus dos últimos trabajos.
Robe se despedía para dicho descanso mientras agradecía entre mensajes que no han cambiado en más de veinte años. Algo que tampoco tendría mucho sentido.
Y llegaba el segundo asalto cargado de hits. Un movimiento inteligente para terminar de ganarse al público. Stand by, Salir, So Payaso, Puta o Ama y Ensancha el Alma, esta última con la palabra AMA proyectada en el escenario, se habían convertido en himnos generacionales que de alguna manera nos hacía revivir tiempos pasados y mejores. Por fin los extremeños conseguían el absoluto estado de comunión con el público.
Si Robe es el alma de Extremoduro, lo que quedaba claro el pasado 1 de Noviembre es que Uoho es su inmediata mano derecha, pues además de ser el más activo y adrenalítico sobre el escenario, Iñaki demostró por qué es uno de los mejores guitarristas de rock de este país en un final de concierto tan atronador como apoteósico donde el bilbaíno brillaba con luz propia y no por el reflejo de Iniesta.
Apoteósico y contundente final con Rockin'all over the World y la sensación de haber visto uno de esos conciertos que al menos una vez en la vida debes vivir.
AGRADECIMIENTOS A THE PROJECT
FOTOS: KINI RAMOS