Dos instituciones musicales se daban cita el pasado sábado en La Farga de L’Hospitalet. Por un lado, Siniestro Total, una banda con absoluto y merecido respeto que fue pionera del punk en nuestro país.
Por otro lado, M-Clan, un ejemplo a seguir de banda luchadora que lleva defendiendo 20 años el rock'n’roll en todas sus vertientes y que es militada por la mejor voz que este país tuvo jamás.
Noche prometedora.
A las 21h., los Siniestro Total salían al escenario encabezados por un Julián Hernández muy poco motivado -quizá porque no era su día, o quizá por la desidia que puede provocar en algunos llevar más de 34 años subido a un escenario-.
Sea como fuere, la banda estuvo casi una hora y media intentado defender, por un lado, sus composiciones más nuevas -sin demasiada entrega por parte de los asistentes, salvo por algún rezagado anclado a tiempos mejores-.
Poco más de media hora tardaban en lanzar su catarata de éxitos, momento en el que el público empezó a interactuar un poco más con los gallegos.
Así sonaron himnos como Somos Siniestro Total -su particular versión del Highway to Hell de AC/DC-, Todo por la Napia, Miña Terra Galega, Bailaré sobre tu Tumba, y un largo etcétera que hacía las delicias de los allí presentes, única y exclusivamente la popularidad alcanzada tiempo atrás.
Pero no nos equivoquemos: quizá sea La Farga, una nave completamente impersonal y con bastante mal sonido, pero aquello parecía más un concierto de verbena que el bolazo que esperábamos encontrarnos por parte de una banda de este calibre.
Nuestras dudas sobre el sonido se disiparían poco después con la salida de M-Clan...
Un concepto diferente aunque también más clásico. Carlos Tarque es Dios, eso es algo que solo pueden entender los que le hayan visto alguna vez en directo.
'Front-man' absoluto y conocedor de su condición, Tarque y Rupiérez se rodean de los músicos más grandes del panorama nacional para crear espectáculos de rock que pueden ser acercados incluso a detractores de un estilo.
Repudiados por la comunidad indie pero respetados por el rock duro de nuestro país, M-Clan jamás serán carne del circuito festivalero nacional. Pero tampoco les hace mucha falta, pues solo así han ido elaborando su aura de banda de culto.
Desde hace poco más de un año están en la carretera -que es el lugar pertenecen las bandas de rock-, inmersos en una gira que les está llevando por todos y cada uno de los puntos de la geografía española para presentar su último trabajo, Dos Noches en el Price, un álbum grabado en directo y que recoge una buena parte de la historia musical de esta gran banda que lleva la friolera de dos décadas dándolo todo por un género aún inexplorado en nuestro territorio (por raro que parezca).
Calle sin Luz abría un espectáculo de dos horas en las que la banda hizo las delicias del respetable, que cantaba y coreaba cada una de sus canciones.
En la primera recta, sonaron Para No ver el Final, Basta de Blues o Llamando a la Tierra, canciones conocidas por todos, antes de volver la noche algo más oscura y comprometida con temas políticos como Inmigrante y la brutal Las Calles están Ardiendo, una patada al estómago de nuestros dirigentes y sus leyes, a las que Tarque y los suyos, textualmente, les “sudan la polla”.
Y vuelta a la fiesta con Maggie Despierta, la maravillosa versión del tema de Rod Stewart que hace bajar del escenario a Carlos y cantarla a pleno pulmón con el público. Momento único.
De ahí un bis que dejaba al público coreando la melodía de Maggie May para volver con Miedo y terminar con Quédate a Dormir, dos himnos para festejar un triunfo más en la carrera de la banda murciana.
¡Larga vida al Rock N’ Roll!