Una crónica de Marta Llatjós para Culturaencadena.com
Foto: Andrea Membrado
Mikel Erentxun hizo una visita a la ciudad condal en estas fechas para hacernos un regalo presentando "El último vuelo del hombre bala", su nuevo disco, en la escondida sala bikini: bajo tierra, con un concierto íntimo, y en una sala pequeña que siempre acoge a gente tan grande como Erentxun.
La sala no estaba abarrotada, pero sí lo suficiente poblada como para llenarla de gente con ganas de pasarlo bien. Personas de diferentes rangos de edad y motivaciones: los fans de toda la vida, algunos mas jóvenes, otros mayores... pero todos sin quitar la vista del escenario.
Esto va a ser como una postal de canciones añejas y nuevas versiones, es rock and roll del bueno, del de siempre. Esto nos gusta. Esto nos anima, no habrá ganas de que acabe, esto va a hacer que irremediablemente no puedas evitar moverte...
LA CRÓNICA DEL CONCIERTO
Se encienden los focos iluminando la batería y empiezan a salir de uno en uno. Mikel se planta ante el micro empieza a tocar su guitarra con los acordes de "Tiempo de descuento". Esto ya empieza...
Siguen con "La vereda", del nuevo disco, algunos fans muy apasionados a primera fila, parecen ya saberse las letras como si fueran las de un clásico.
Pero como sabe lo que le gusta a su público, hace un paréntesis con "Veneno" y "Corazones", rock and roll puro, los instrumentos lo petan, lo disfrutan, y se nota, hacen explotar al público. Su música es muy pegadiza, no cuesta mucho entrar en su mundo. Y luego "Llamas de hielo", la luz se vuelve tenue, el ambiente es más íntimo, mas cercano, y nos dejamos llevar un poco por esta melodía que te abraza.
Y de repente suena "Mañana", volviendo a los orígenes, si antes los tenía hipnotizados, ahora ya los tiene en el bolsillo, la gente lo disfruta y lo canta, un clásico que no puede faltar en un concierto así.
A mitad de concierto hacen una pausa para presentar a sus músicos, y vuelven a tocar "El hombre que hay en mí" para que el público no baje la guardia y no pare de bailar. "Quién se acuerda de ti" es una balada algo más tranquila, pero igual de profunda "...y quién se acuerda de mí, ahora que sólo me acompaña ésta canción..." pues todos los que están aquí! es tan fácil dejarse llevar, ¡quiero vivir en esta sensación!
El público, sea de la edad que sea, lo disfruta por igual, cada uno habrá vivido un época diferente del donostiarra, y lo siguen disfrutando por igual. Erentxun nunca pasa de moda, se mantiene en su estilo pero también se va renovando, y eso se nota, y nos gusta.
Y se inunda la sala en una fiesta con "A un minuto de ti", y en "Cicatrices" ya estoy enganchada "...no voy a cambiar, no voy a aprender, me han crecido alas en las cicatrices..." si no se cura, adáptate, que me bien van éstas palabras, que bien suenan. Con "Cartas de amor" deja al público en lo más alto y al finalizar se van del escenario y dejan al público silbando, reclamando su ausencia. Y empieza a sonar una melodía reconocible "...last christmas, I gave you my heart..." como se nota que estamos en diciembre y la navidad nos rodea por todas partes, incluso en un concierto de rock, "¡Felices fiestas Barcelona!!!".
Sigue con "A pleno sol", "...quiero me abraces por sorpresa... deja que te quiera sin reservas..." si estas cosas las dijéramos siempre, el mundo funcionaria muy diferente. Como es el amor puro con melodía, te sube arriba, hasta el techo, haciendo que te muevas sin parar.
Nada
Antes de la última canción presenta de nuevo a sus compañeros, y empiezan a tronar los instrumentos hasta que se intuyen los acordes de "En algún lugar": no podía faltar un poco de Duncan Dhu, y qué mejor que para acabar esta noche tan fantástica.
Todo el mundo se sabe el estribillo, porque es un clásico, porque es su esencia, porque Mikel te cuenta historias, y ésta es de la primeras, no hay mejor que acabar por el principio.
Marta Llatjós