Una crónica de Sergio Sada para Culturaencadena.com
Fotos: Xavi Torrent
Se cumplen 20 años de aquel Moseley Shoals, un discazo que en plena efervescencia juvenil y en modo esponja con la música, muchos disfrutamos hasta la saciedad. Un álbum lleno de momentos mágicos y de singles que convertía a Ocean Colour Scene en el punto de mira de la música británica.
Así siguió durante muchos. Se convirtieron en una de esas máquinas de éxitos que de alguna manera cayeron en el olvido.
Ahora, con el 50% de la formación original, Oscar Harrison era sustituido anoche por un problema de espalda, la banda defendía las canciones de su disco estrella con un Apolo prácticamente lleno de cuarentones, entre los cuales me incluyo y aplaudo la falta de testosterona en un concierto, para abrir con Day Tripper, curiosa elección que a pesar de estar en la edición de luxe del álbum, pero no dejaba de ser un himno de los de Liverpool.
A partir de ahí se desata la catarata de éxitos con The Riverboat Song y The Day We Caught the Train en las que Simon Fowler a pesar de haberse comido a dos personas a la vez, intenta marcarse bailes imposibles que nos hacen ver lo tristemente inexorable que pasa el tiempo.
Así fueron cayendo los mejores hits de los OCS con The Circle, Better Day, o Policemen and Pirates que por momentos nos hacían regresar a una etapa en la que todo era mejor, incluso la propia banda. Se echó de menos I Need a Love Song.
Cierto es que estos cincuentones no han parado por completo, pero hay temas que se notaban desengrasados y es que posiblemente estar más de 20 años sin tocarlos, puede pasar factura.
Nos hacemos mayores y lo de ayer, aparte de ser un concierto más que correcto, no dejó de ser una reunión y un regalo para hacernos viajar a un momento muy particular de nuestra vida en el que yo mismo me habría plantado.
Nostalgia a flor de piel.