Regalos para los sentidos como lo que vivimos ayer, son de esas cosas que a uno le hacen reconciliarse consigo mismo y con la música en general.
Quique González sigue cosechando éxitos con su último trabajo Me Mata si me Necesitas (Cultura Rock 2016) y lo hace progresivamente cada vez que vemos crecer al respetable en sus conciertos.
Aún así, la cara de Quique y sus Detectives durante la velada de anoche era un poema. Llenar el Palau de la Música en Barcelona no es ninguna tontería y menos un miércoles.
Aun con una sólida carrera a sus espaldas, el nuevo cántabro agradecía todavía alucinado por el resultado, la presencia de tantísima gente.
Y no era para menos. En tiempos en los que es difícil encontrar tantísima calidad y sobre todo autenticidad, Quique ha sabido labrar su propio camino ya no sólo por su inconfundible voz y sonido, sino por unos textos que podrían convertirle en uno de los mejores letristas de nuestro país.
Durante dos horas y veinte minutos divididos en varios bloques, la cataratas de éxitos que el artista ha cosechado en casi 20 años de carrera se dejaban escuchar uno tras otro con un sonido como sólo el Palau podía ofrecer y dentro de un marco incomparable.
Estos bloques, bien diferenciados por sus trabajos, desglosaban Me Mata si Me Necesitas con cinco canciones seguidas en las que la voz de Nina, impresionante vocalista de Morgan a la que dejó cantar su tema Volver para pleno lucimiento de la artista y deguste personal que se convertiría en uno de los momentos más especiales de la noche.
El segundo bloque era ocupado por canciones de Salitre 48 mientras nos explicaba la importancia de este concierto y de querer cambiar de alguna manera el repertorio habitual para ofrecer algo distinto. Así sonaron joyas como Salitre, La Ciudad del Viento o el momentazo que fue De Haberlo Sabido.
Y cerrado este segundo bloque, Quique siguió rescatando maravillas como Tenía que Decírtelo, La inmensa y desgarradora La Casa de Mis Padres, un tema bastante chungo de tocar para él, daban hasta tres bises donde pudimos disfrutar de Aunque tú no lo Sepas, acompañada de violín, Y los Conserjes de la Noche o Vidas Cruzadas, mega hit con el que cerraba la noche y hacía ponerse en pie a todo el Palau.
Larga vida a la música, a las canciones y desde luego al maestro Quique González.