Algo pasa con Reptile Youth. Después de estar girando este verano por los festivales más importantes del panorama nacional, emprendían una gira por salas que les llevaría a colgar el cartel de Sold Out en algunas ciudades como Madrid.
El dúo danés está arrasando por donde pasa, por eso anoche sorprendía el hecho de que el Razzmatazz 3 no estuviera completa. Quizá este fuera el motivo del cambio de sala, pues el bolo estaba programado en primer lugar en la sala Bikini.
Eso sí, los que estábamos lo dimos todo, pues es imposible dejar de bailar cuando te encuentras con una bomba como Reptile Youth a punto de explotarte en la cara.
Alrededor de las 21:20h, Mads Damsgaard Kristiansen y Esben Valloe salían al escenario acompañados de su banda para defender las canciones de su último trabajo Rivers That Run For A Sea That Is Gone, un disco mucho más rock que el anterior pero sin perder la esencia ecléctica de la banda y su elemento más electrónico.
Sorprende ver a estos dos jóvenes sobre la tarima, pues a pesar de su temprana edad, demuestran que la música que se hace fuera de nuestro país desprende una calidad y frescura a la que nosotros no conseguimos llegar quí, pues te das cuenta que todo suena repetitivo y se exprime hasta la saciedad.
Reptile Youth suenan a Depeche Mode, a Madonna, a Kaiser Chiefs, pero sobre todo, tienen identidad propia y Kristiansen va camino de ser el nuevo mesías del rock si continúa transitando este sendero.
Bailes imposibles, enormes saltos y una voz que por momentos recodaba a la de Alex Turner, los de Copenhague hacían explotar la sala con bombas como Rivers That Run For a Sea That Is Gone o Above tras las cuales Mads no tardaría en lanzarse al público para que le movieran entre sus cabezas.
Momentos increíbles con como All of the Noise donde por mucho que nuestro maestro de ceremonias se zarandeara, no perdía la entonación en ningún momento, al igual que en J.J. o en esa precisa balada, por catalogarla de alguna manera, que es Where You End I Begin.
Comunión absoluta con las poco más de cien personas que allí había a los que hicieron saltar y abrazarse al ritmo de Two Hearts y We’re All in Here para volver a tirarse al público esta vez sin camiseta.
La banda terminaba con su hit Speedance, que dejaba al respetable lleno de energía. Una hora y veinte que pasaba ante nuestros ojos como si hubieran sido treinta minutos.
Reptile Youth pasaba con creces la prueba. Su primera visita a Barcelona ha sido un éxito y algo me hace pensar que volveremos a verles muy pronto… o al menos ese es mi deseo.