Es curioso como a menudo reaparecen iconos musicales de los 80 de un día para otro. Cuando me llegó la noticia de Rick Astley visitando nuestro país, no podía evitar pensar en si la gente respondería a una llamada por momentos casposa pero a la vez entrañable.
Parece que mi generación tiene cierta fijación con amarrarse a un pasado que siempre fue mejor y esto es algo que las promotoras y los propios artistas controlan a la perfección.
Corría el año 1987 cuando Astley visitaba mi ciudad natal para presentar su primer trabajo Whenever You Need Somebody y yo con 10 años me cogía de la mano de mi Santa madre para alucinar con un tío lleno de vitalidad extrema en el Palacio de los Deportes de Madrid.
Pocos años después, su estela desaparecía para entrar en una década que nos traería nuevos valores.
Ahora Astley volvía a Barcelona 25 años después de su última visita. Algo más mayor y con pleno conocimiento de que su regreso ya no podía ser en grandes superficies, sino en salas más acordes al número de seguidores que el inglés podía manejar.
La sala Apolo era el lugar señalado y las cosas empezaban bien para Rick, pues las entradas llevaban agotadas varias semanas.
Un aforo de 1250 personas con unas enormes ganas de pasarlo en grande esperaban ansiosas el retorno del artista venido a menos con gran expectación por ver que deparaba la noche.
Y a las 22h aparecía la banda. Guitarra, bajo, teclados, batería y una increíble corista calentaban al público para que instantes después el héroe de la noche apareciera entonando Together Forever. Imagínense al respetable.
Rick demostraba sobre el escenario que aunque ya no tiene 21 años, es capaz de moverse constantemente, interactuar con sus seguidores y estar muy por encima de unas expectativas que en general, debían ser bastante bajas.
El inglés es consciente de su reaparición y de su luz a medio gas, por ello es capaz de convertir su persona en un chiste de buen gusto y bromear con su edad, su repertorio de casi tres décadas de antigüedad e incluso de su pasado sex-appeal para las chicas. Se mueve y contonea para ellas mientras a la vez se ríe de la situación. Eso es ser un auténtico caballero.
Aún así, el regreso de Astley no es solo una pantomima. Se lo ha tomado muy en serio y se rodea de unos músicos increíbles que suenan a la perfección mientras que nuestro hombre protagonizaba momentos únicos como su interpretación del Highway to Hell de AC/DC a la batería. Creo que ya no me queda nada más por ver en la vida. ¡Momentazo!
Tiempo para chistes, poses, chupitos con la banda y desde luego para canciones, de las cuales no faltaron When I Fall in Love, Take me to Your Heart, Whenever You Need Somebody o el mega hit de la vida Never Gonna Give You Up, con el cual ponía el broche final a una cita de dos horas que serán muy difícil de olvidar para todos nosotros.
Ojala todos los que vuelven lo hicieran con la clase de Rick Astley. Puedes ir con orgullo y paz amigo.
Verás, de la misma manera que a ti te parece inapropiado mi texto, a mí me lo parece el tuyo. No olvidemos una cosa, independientemente de Mr. Astley, nosotros creemos en un derecho tan básico como la llamada Ley de Prensa. Escribimos lo que queremos de lo que queremos. Es fácil.
Las razones que nos incitan a escribir una u otra cosa son nuestras, por ello somos un medio independiente, pero si te sirve de algo es siempre desde el humor, algo que nos iría bien a todos.
¿Te gusta Rick Astley? ¿Crees que es una estrella emergente? Me parece bien. Tal y como están las cosas es posible que llegue a a ser cabeza de cartel en el próximo Primavera Sound.
Tu tienes tú criterio y nosotros el nuestro. Aún así, y a título personal, el mundo no cambiará si condenamos de esta frívola manera solo porque se han metido con un artista nos gusta.
Aún así, muchas gracias por leernos y dar tu opinión. Nosotros si respetamos la tuya.
PD: Es increíble el parecido actual de Astley con Alec Baldwin.