Una crónica de Sergio Sada para Culturaencadena.com
Fotos: Andrea Membrado
Pues sí, una vez más hablando de estos tres chicos, pero su paso y despedida por Barcelona no podía quedar en el aire. Sierra y Canada nos decía adiós en una última fiesta que los catalanes compartirían con todos nosotros.
El pasado sábado pasaron muchas cosas. Muchos ases en la manga con una banda que nos decía adiós para entrar de cabeza en el estudio y ofrecernos lo antes posible nuevo material.
La sala elegida fue el Razzmatazz, algo demasiado ambicioso teniendo en cuenta que la banda no ha parado de girar por Barcelona y alrededores durante todo el año y quizá el aforo era demasiado grade, pero lo cierto es que si lo que querían era terminar por todo lo alto, eso fue lo que hicieron.
Santos fueron los encargados de ir calentado el ambiente alrededor de las 20h de la tarde. Los catalanes presentaban su último trabajo “El Sueño del Mamut” recién horneado y con rendición unánime de crítica y público.
Los primeros comentarios que llegaban a nuestro oídos a través de murmullos, hablaban de la magia de la apertura de Santos y la delicadeza de su nuevo disco. Aún queda la posibilidad de verlos el 15 de enero en la sala Music Hall de Barcelona.
Y, pasadas las 21h, salían nuestros chicos de Sidonie...
Energía desde el primer minuto y un set list estudiado con absoluta premeditación, pues ya los primeros acordes de Fascinado agolpaban a los presentes en el centro de la pista para empezar la fiesta.
Y de ahí la acostumbrada catarata de éxitos. Sonaron todos, sin distinción, con grandes momentos como Yo Soy la Crema junto al incombustible Carlos Cros o Un día más en la Vida con la colaboración de Riri Ros, como no podía ser de otra manera.
Agradecer, a título personal, que sonara esa maravilla llamada Sylvia y una exquisita versión de Giraluna, ambas pertenecientes a “La Costa Azul”.
No faltaron momentos a lo Bruce Dickinson por parte de Marc Ros, pues su acostumbrado paseillo a través de la sala a hombros de Road Manager, esta vez algo jodido de la espalda, mientras entona Un Día de Mierda, es quizá uno de los momentos más álgidos de cada noche.
¿Y cómo no? Final de traca con “Estáis Aquí”, quizá el mayor hit de la historia de la banda que hizo vibrar, literalmente, el Razzmatazz y a la que acompañaron los ya clásicos cañones de confeti para la alegría del personal.
Mucho aplauso, mucho agradecimiento y una sorpresa más.
Sidonie salía a la calle nada más terminar el concierto, armados únicamente con sus guitarras para volver a tocar Estáis Aquí, esta vez subidos al techo de una furgoneta aparcada enfrente de la sala. Dominio de la situación, chulería, tablas, actitud y ganas de hacer algo distinto.
¡Bravo!