Lo primero de todo es resaltar, felicitar agradecer el gran trabajo que PinkHouse Management están haciendo por la música.
Pocas veces en un país como este encontramos empresas de management tan sumamente volcadas con sus bandas y con los periodistas. Es un gustazo acudir a trabajar y que te traten con tanto cariño.
El pasado jueves acudíamos a la presentación de Viento de Cara, el último disco de los de Baeza, que pese a ciertas críticas por parte de la prensa especializada, parece que a la banda le ha traído más alegrías que penas, pues si ya con SantaCruz conquistaron la cima, con este último trabajo conseguían llegar a mucha más gente.
José Chino y los suyos se comportan como auténticos profesionales pese a esa losa de juventud que les acompaña desde el principio. No hay nada más que demostrar. Están donde están por méritos propios.
La última vez que estos chicos pisaron el Razzmatazz grababan un concierto para la posteridad que salía a la venta esta misma semana. En él fardaban de su nuevo diseño de luces, el cual la pasada noche habían mejorado. Es increíble como puede cambiar un directo si el diseño de luz acompaña.
Y a las 21h salían al escenario para entonar Samurai, tema del nuevo disco al cual le daría prioridad durante la primera parte del concierto encadenando De Doce a Doce y Cuarto, Furia o Hasta que Sangren, uno de los temas más políticos que la banda haya escrito.
Pero fue justo al sonar los primero acordes de Kevin McAllister cuando realmente los allí presentes se dejaron llevar por la música para cantar a voz en grito mientras que Supersubmarina, ya crecidos, seguían con Hermética y Ola de Calor.
Arena y Sal supuso cierto bajón entre los asistentes. Primero por un error técnico que obligaba al Chino a empezar de cero y segundo porque el tema no es de lo más representativos de la banda, quien ha ido demostrando su potencia en letras y música para abandonarse aquí a sonidos más fáciles e imágenes desconcertantes, como su video musical demuestra.
Pese a todo llegaba la batería de éxitos. Niebla, Puta Vida o Supersubmarina, dejaban el listón bien alto, al respetable muy caliente y con ganas de mucha más caña, que es lo que estos chicos nos han dado siempre, máxima potencia.
Un bis y la recta final que contaba con su repertorio más épico. Viento de Cara, con diferencia el mejor tema de su último trabajo y el único que mantiene cierta continuidad con SantaCruz, En Mis Venas y Ciento Cero cerraban con broche de oro una noche que se había alargado hasta las dos horas.
Hay veces que para salir de dudas es necesario ver jugar al equipo en la cancha y lo que dejaban claro los de Baeza, es que están en lo más alto por algo, que nos les falta fuelle y tienen mucho más que decir. Os estaremos esperando.
