Resulta curioso como somos las personas. Siempre me ha parecido gracioso el hecho de que los modernos escuchen únicamente los grupos que van saliendo nuevos -cada vez más raros y en teoría menos comerciales-, mientras desprecian lo que un día ellos también encumbraron.
Eres guay si escuchas a Caribou, Moderat, Bonobo, Disclosure, Foals o Mø pero un ñoño si aún andas jugando con los discos de Vetusta Morla.
Pues permítanme decirles señores del jurado, que lo que hemos podido presenciar durante dos días es mucho mayor de lo que ninguna de las bandas patrias llamadas “indies” podrán soñar ofrecer a lo largo de toda su carrera.
Barcelona era la ciudad elegida para dar comienzo a la gira de despedida que Vetusta Morla llevará a cabo este año. Pocas ciudades y espacios no habituales para los madrileños. En el caso que nos ocupa, fueron dos días seguidos en el Sant Jordi Club, un anexo del Palau Sant Jordi más pequeño pero igualmente preparado para grandes bandas. Una liga en la que Vetusta Morla parece haberse apuntado a jugar sin despeinarse ni un solo segundo.
A las 21:10 Pucho aparecía en el escenario armado con dos baquetas para dar comienzo a La Deriva, tema que precisamente abre el disco y que resume a la perfección la línea argumental de su último trabajo.
Continuaban con Lo que te Hace Grande y Golpe Maestro, tema político y cañero con el que la banda ha vuelto a dar un giro a su sonido para endurecerlo.
Con esto Pucho y los suyos ya tenían ganados a los allí presentes, que coreaban y se dejaban llevar por unos himnos cantados hasta la extenuación en diversas ocasiones.
Así aprovechaban para contar la primera vez que la banda desembarcó en Barcelona para cantar ante 16 persona en la ya desaparecida sala La Boîte para ahora hacerlo ante 6000 durante dos días seguidos. Un éxito que únicamente ha llegado acompañado de trabajo duro y dedicación.
Y por fin, con el público ya completamente volcado, la noche se volvió fiesta al ritmo de La Mosca en tu Pared, maravilloso tema que posee los mejores arreglos vocales de Pucho hasta la fecha, Fuego, Rey Sol… Una catarata de éxito que iban entrelazándose para el gustazo de los allí presentes.
Una inmensa pantalla acompañaba a cada uno de los temas engrandeciendo aún más el espectáculo, el cual iba acompañado de un juego de luces exquisito que nos hacía entender que el nivel alcanzado por los madrileños era algo realmente único en nuestro país.
Una versión algo más intima y acústica de Copenhague y Al Respirar, dos hits de su primer álbum ponían los pelos de punta al público, algo que Vetusta Morla ha sabido hacer muy bien desde el principio con dominio absoluto de voz y melodía.
Otra vez encadenaban éxitos para el disfrute del personal y sonaban seguidas Autocrítica, Saharabbey Road, Un día en el Mundo y La Cuadratura del Círculo para traernos la calma con Año Nuevo, tema épico rara vez interpretado por la banda que nos dejaba a todos sin garganta.
El Hombre del Saco nos llevaba hasta la recta final para terminar con Los Días Raros, una canción milimetrada a la perfección y de brutal in crescendo que hacía alcanzar al unísono un colofón final de éxtasis difícilmente explicable si no se vive el momento.
No hay bandas como Vetusta Morla en este país. No conocemos el grado de implicación con el trabajo que estos chicos tienen. Juegan en la liga de los más grandes y desde luego, en la de bandas internacionales.
Mucho que aprender de estos chicos que con toda seguridad, tienen el mejor directo de nuestro país.
Menos humos y más autocrítica amigos indies.