Algo ya bastante común es que los guitarristas que destacan en sus grupos por su especial virtuosismo se decidan a continuar su carrera discográfica en solitario, llegado un momento. Este parece ser el caso de Jerónimo Ramiro, conocido por haber pertenecido a formaciones como Ñu, Santa o Saratoga en los últimos años. Es precisamente en esta ultima formación donde Jero pasó a tener un nombre y ser ampliamente reconocido por sus dotes con las seis cuerdas.
En esta ocasión y algo mas de un año después de abandonar Saratoga, nos presentaba un primer álbum en solitario bajo el título de “Tenebrarium”, donde podemos ver a un Jero completamente distendido y que nos ofrece lo mejor de si mismo. Por lo general nos presenta unas composiciones muy cañeras y rápidas, donde la guitarra es la absoluta protagonista sin duda. La ausencia de voz hace que todo el peso de la interpretación caiga sobre su instrumento, y prueba de ello es por ejemplo el corte numero 11, que es una especie de balada o medio tiempo muy logrado en ese sentido.
No esperéis composiciones facilonas o recursos archiexplotados porque no los encontrareis en ningún momento. EL artista quiso explorar y retarse a si mismo, inventando mas allá de Saratoga. La principal diferencia con sus anteriores composiciones en la citada banda se pueden apreciar en el sonido final del bajo, que es un mero figurante esta vez, o que los solos y punteos ya no buscan la rapidez y la espectacularidad explosiva, sino el gusto exquisito, la armonía y la sencillez musical. Dista años luz de lo que fueron sus anteriores grupos, pero mantiene un pequeño sello de identidad a modo de guiño hacia sus fans más leales.
En total se nos presentan catorce temas de los cuales ninguno tiene desperdicio, y que además son bastante variados entre ellos. Me gustaría reseñar uno especialmente, el numero 12, “Tie”, con un inicio que es la unica parte de todo el álbum donde recordamos (quizás con añoranza) a aquel músico que formo parte fundamental de Saratoga. Eso si, la nube se desvanece pronto puesto que ciertos arreglos con los teclados y otros toques mas progresivos, en añadido de unos cambios de ritmo bastante novedosos, nos quita esa idea preconcebida de la cabeza.
En definitiva esta primera aventura de Jero como guitarrista es un digno comienzo, aunque no puedo imaginarme la acogida que llegó a tener. Quizás es este país no estemos habituados a estrellitas del tipo de Satriani o Vai, que es al final a lo que suena este disco, y un plástico completamente instrumental sea demasiado para un publico poco especializado. Sea como fuere no hay duda que estamos ante uno de los mejores y mas brillantes guitarristas nacionales, y como tal le debemos un pequeño espacio en esa sección.