Que Oasis era básicamente un dúo de hermanos ya lo sabíamos, al igual que Noel era quien componía y Liam el que la liaba parda.
También sabemos que la unión de ambos ensalzó la banda hasta el estrellato siendo uno de los grupos de rock más importantes de la historia, pero también, su estupidez fue la responsable de la destrucción de Oasis y sus componentes.
Quizá lo más interesante es ver como Whitecross levanta la historia de estos dos hooligans mientras nos hace partícipes de la creación de algo tan grande como uno de los grupos más importantes de Reino Unido, con perdón de The Beatles, de manera inocente, a quien la fama pilló demasiado jóvenes como suele pasar.
Cierto es que lo que hizo triunfar a Oasis no fueron las tablas de educación y una concienzuda carrera, sino las peleas, lo políticamente incorrecto y la rabia de Liam en constante contradicción los las letras de paz y amor de su hermano, que terminaron por convencer al mundo de que dos cabezas huecas podían conquistar la industria haciendo literalmente lo que les salía de las pelotas.
La sensación del primer concierto, salir a tocar puesto de metanfetamina hasta arriba y demostrar que la chulería puede hacerte triunfar mientras te ríes del mundo, son momentos tan espectaculares en Supersonic como la perdida del talento por parte de los hermanos Gallagher.
Apto para amantes del brit-pop y melancos de una época musical que pese a la estupidez, fue infinitamente mejor que la actual.
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