-Cuando salió el primer disco de El Fantástico Hombre Bala (fhb), yo no daba crédito. Pienso que por aquel entonces, no se había hecho nada parecido en España. No sé qué influencias musicales teníais en aquella época, pero las que tenía yo eran básicamente toda la música que nos estaba llegando de Seattle y la ebullición del grunge. Vosotros seguíais una senda similar que realmente, quitando bandas como Dover en aquellos años, nadie se atrevió a probar.
Desde donde yo alcanzo a ver, has estado durante años absorbiendo estilos distintos con las bandas en las que has militado y aunque siempre con el rock como punto de partida, ninguna de ellas sonaba igual.
-Yo creo que el carácter fue y sigue siendo el mismo. La esencia tal vez asociada a una actitud o una manera de sentir, pienso que es inmutable. Los distintos proyectos en los que me he embarcado, responden a una búsqueda interior y a la necesidad profunda de querer encontrarme o reconocerme en algún lugar.
Creo que todas esas experiencias musicalizadas son en parte, la consecuencia de esa pulsión que me ha permitido que en cada una de ellas, también pueda encontrar y desarrollar un lugar afín, que responde a una necesidad de expresar un lenguaje que no sea reduccionista o que se limite a decir las cosas de una sola forma o manera.
Narcisismos a parte, de vez en cuando, no me importa contemplarme en espejos que emitan reflejos distintos.
Me gusta diversificar y pensar que la vida no se reduce a una sola manera de decir o hacer las cosas. Supongo que por una cuestión de inquietudes. De cara a la galería, todo empieza mucho antes de El fantástico hombre bala (fhb) que por cierto, ha vuelto a la vida después de bastantes años de sintomático silencio… Ese proyecto, sólo ha sido el primero a través del cual, me di a conocer a nivel discográfico. Pero repito que en el fondo, incluso esa circunstancia o hecho concreto, responden al reflejo de una pulsión de búsqueda o necesidad de definirme a mi mismo a través de lo que hago o digo. Realidad que con el tiempo, se ha ido materializando y plasmando en los distintos proyectos en los que me he sentido más cómodo, a la hora de poder expresar ciertas ideas o intenciones que en otras parcelas o ámbitos tal vez, no hubiera sido posible.
-Y con el rock siempre presente.
-Sí, siempre más afín a una actitud, a un espíritu y a una manera de sentir. Rock sin prejuicios, cuyo objetivo es la obtención de la canción, como plataforma, canal o medio de conexión, arropado de una sonoridad más eléctrica que sin que sea realmente intencionada, se acabe convirtiendo en ese reclamo que permita cierta conexión con el otro.
-Skizoo sería la banda que más continuidad ha tenido. ¿Es porque en esa búsqueda es donde más agusto te sentías? Porque antes publicaste Bushido, junto a Bunbury, Shuarma y Carlos Ann y luego ExMundus, tu álbum en solitario, la vuelta de El fantástico hombre bala (fhb) y ahora InMune. Tres disco en prácticamente nada de tiempo.
-Lo que pasa es que en general y salvo alguna excepción, son todo proyectos que ya tenían un recorrido y una vida anterior. En el caso de El fantástico hombre bala (fhb), volver no ha resultado algo muy complicado porque a todos los que estamos comprometidos con esta nueva fase del proyecto,nos une una gran amistadcondicionada por las ganas de volver a defender un espíritu y un carácter,muy concretos.
Durante todo este tiempo, tanto en la grabación de mi disco en solitario, como en otras aventuras vividas y que por las circunstancias no han podido ver la luz, afortunadamente, siempre he contado para grabar cosas, con la implicación incondicional o la colaboración de mis compañeros de (fhb), Charly Sardà, Dani Baraldés o Ricky Froutchtman. Porque aparte de considerarlos como si fueran como mis hermanos del alma, también son unos músicos extraordinarios y maravillosos. Siempre me he entendido muy bien con ellos.
Es cierto que en mi caso, tal vez Skizoo haya sido el proyecto que más continuidad ha tenido en el tiempo y en el espacio por una afortunada relación de causa y efecto que lo hizo posible.
Al no formar parte de una escena concreta y por estar al margen de ciertas etiquetas, siempre me he considerado a mi mismo como un franco tirador. Un individuo que decide ir contra viento y marea, siguiendo los dictados de su corazón en una dirección concreta a pesar incluso, de la soledad que implica ser un corredor de fondo. Como compensación a dicho impulso, se obtiene la satisfacción y la libertad de poder expresarse en distintos y diversos ámbitos. Reconozco, que mi carrera es un tanto irregular y poliédrica. Sin pretenderlo, se aleja de ciertos encasillamientos…
Admiro mucho a ese tipo de artistas valientes, que se juegan su ser a cada instante y que no están en esto de la música por querer formar parte de una escena o encajar en un corsé concreto. Me gustan los registros comprometidos y reveladores que vayan más allá, en su manera de expresar y permitan niveles de lectura o interpretación, en lo que ofrezcan o defiendan sus discursos.
Ese marco de libertad no tiene precio.
-En este país es difícil encontrar algo así…
-Sí, porque lamentablemente en este país, las escenas no surgen como respuestas naturales o como reacciones concretas. Más bien, son creaciones propias de una industria que se mueve sólo por motivaciones económicas y que es incapaz de arriesgar o apostar por propuestas con personalidad propia que entrañen cierto riesgo pero que a la larga, son las que perduran. Me refiero al patrocinio de artistas o grupos muy concretos que al final, son asociados o asimilados a una escena muy particular, que siempre acaba estando sujeta a una moda pasajera…